El Gobierno está estudiando la reforma del ecobono para 2025: las primeras viviendas, las unidades inmobiliarias con clases energéticas bajas y rentas más bajas serán los objetivos preferidos para nuevas intervenciones específicas. Exclusión de categorías catastrales de lujo, tecnologías obsoletas excluidas de los estándares europeos y, sobre todo, freno a la transferencia de crédito, un instrumento que ha causado muchos problemas con el superbonus. Veamos cuáles serán los puntos clave de la reforma del ecobono de 2025.
Mientras que el Plan Estructural del Presupuesto Ejecutivo (PSB) El Ministerio de Medio Ambiente, en respuesta a una pregunta parlamentaria, ha revelado muchos detalles del nuevo ecobonus 2025 en vista de la próxima ley presupuestaria, tras la expiración de los bonos existentes el 31 de diciembre de 2024, que ya no se ajusta a las solicitudes de Bruselas de un revisión de las deducciones fiscales que sea más eficiente y tenga como objetivo aumentar la eficiencia energética no de forma indiscriminada, sino cuando sea necesario.
Estos son algunos de los puntos clave del nuevo bono ecológico:
Duración de diez años
El incentivo tendrá una duración de al menos diez años, para cumplir los objetivos fijados para el sector residencial por la EPBD (Directiva de Viviendas Verdes) hasta 2035. De este modo, la reurbanización de edificios residenciales debe traducirse en una reducción del 16% del consumo de energía en 2030 y 20-22% para 2035.
No a los descuentos lluviosos
Las desgravaciones fiscales ya no se concederán urbi et orbi sino sólo en algunos casos específicos. En particular, se dará prioridad a las unidades inmobiliarias incluidas en la Directiva sobre viviendas ecológicas, es decir, primeras viviendas, edificios con baja clase energética y situaciones de pobreza energética, con exclusión de las categorías catastrales de lujo (como villas y castillos) y tecnologías no ya no están permitidos por las directivas de la UE, como las calderas de gas.
Beneficios progresivos
Habrá “beneficios reducidos para las intervenciones individuales y beneficios crecientes en función del rendimiento energético logrado”. Es decir, cuanto más estructuradas e integradas sean las intervenciones para un mayor desempeño energético, mayores serán los beneficios.
No a la transferencia de crédito y descuento en la factura
Lo que se sabe es que estas herramientas ya no se utilizarán, dados los problemas encontrados en el pasado. Lo que no se sabe es cómo serán sustituidos: serán necesarios instrumentos financieros de apoyo, préstamos con intereses subsidiados, sinergias con el Fondo Nacional de Eficiencia Energética. El camino podría ser el de las hipotecas verdes subsidiadas y garantizadas por el Estado con un fondo específico, a partir del modelo de hipotecas del Consap y de garantías para hipotecas de primera vivienda destinadas a menores de 36 años.