Gripe aviar, cada vez más especies susceptibles al virus: ¿cuánto deberían preocuparse los humanos?

Gripe aviar, cada vez más especies susceptibles al virus: ¿cuánto deberían preocuparse los humanos?
Gripe aviar, cada vez más especies susceptibles al virus: ¿cuánto deberían preocuparse los humanos?


En los últimos dos años, alrededor de cien países de todo el mundo han informado de brotes de gripe aviar altamente patógeno (H5N1). Y lo que preocupó a la comunidad científica internacional no fue sólo el reciente informe sobre el virus en el ganado vacuno, junto con el hallazgo de material genético en leche bovina no pasteurizada (demostrando así resistencia a las temperaturas de pasteurización), sino también la continua propagación del virus en los cinco países. continentes, incluidos mamíferos como visones, osos, zorros, focas y leones marinos, pero también perros y gatos, e incluso algunas especies en peligro de extinción.

¿Qué significa? simplemente eso Cada vez más especies son susceptibles al virus. que el espectro de huéspedes se amplía mes tras mes y que, a partir de las lecciones que dejó la última pandemia, cuanto más capaz de circular un virus entre especies animales, más mutaciones puede sufrir, mejorando su adaptabilidad.

¿Cuánto debería preocuparse el hombre? En los últimos veinte años se han reportado menos de mil casos de infección por H5N1 (uno recientemente en Texas), pero con una altísima tasa de mortalidad (52%) y con un marcado neurotropismo del virus, es decir, con una marcada afinidad hacia las células del sistema nervioso. Sin embargo, afortunadamente no se ha informado de ningún caso de contagio de persona a persona: por lo tanto, no parece que todavía se produzca transmisión de persona a persona. No sabemos si esta eventualidad se producirá alguna vez, pero como se trata de un virus de la gripe, tradicionalmente capaz de sufrir una fuerte recombinación genética, es justo seguir el problema. con cuidado.

Por este motivo, la vigilancia ecoepidemiológica es de vital importancia: seguir la evolución y los hábitats del virus, así como monitorear y evaluar los mecanismos de transmisión, es fundamental para ayudar a planificar los planes de intervención y gestión de la epidemia. Sin olvidar que el 70% de las enfermedades infecciosas emergentes afectan al ser humano provienen del mundo animalpor lo que la historia enseña que el riesgo para la salud humana sigue siendo potencial pero, como afirman la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH), no del todo imposible.

Para ello, debería fomentarse la colaboración entre los distintos sectores de la salud animal y humana, en lo que sería verdaderamente un ejemplo de UnoSalud.

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