Es el 3 de marzo de 2020 y, a pesar de la discusión a veces acalorada, el Comité técnico-científico pone por escrito que la zona roja, ya prevista para diez Municipios de Lodigiano y por Vo’ Euganeo, debe extenderse a Alzano Lombardo y Nembro. A”El Rt es definitivamente más alto que 1, que es un indicador de un alto riesgo de una mayor propagación de la infección. El Comité propone adoptar las medidas restrictivas oportunas previstas en los Municipios de la zona roja, también en Alzano Lombardo y Nembro, a fin de limitar la propagación de la infección. Este criterio objetivo podrá aplicarse en el futuro en contextos similares», reza el informe aprobado por unanimidad .
Los datos del Instituto Superior de Salud relativos a los dos Municipios, y la posterior conversación telefónica con el concejal y con el responsable regional de salud de Lombardía, Julio Gallera Y Luis Cajazzo, no dejes lugar a dudas. Entonces el Cts da ese paso, da una opinión. Una opinión que, sin embargo, no se traduce en un decreto del gobierno: la disposición para la ampliación de la zona roja está preparada, pero sigue siendo un borrador. Es, esa, una de las poquísimas veces en que el Las indicaciones de los expertos no son implementadas por el gobierno. —No lo esperábamos. Sin embargo, quizás hoy ya no recordemos cuán fuerte era la presión contra la zona roja de una parte de la política y los negocios en aquellos días”, recuerda uno de los integrantes de ese Cts.
Los primeros meses de 2020 son los de máximo caos: las noticias y las alarmas se suceden y son superadas inmediatamente por la siguiente entrada. Los médicos y directores de instituciones se enfrentan a unaemergencia de proporciones planetarias, que nadie está preparado para afrontar. El 14 de enero, la Organización Mundial de la Salud anunció que el virus no se transmite de hombre a hombre y que no se dan las condiciones para implementar un plan pandémico. El 21 de enero, la OMS también documenta que los datos recopilados sugieren transmisión de persona a persona y lanza la alerta de pandemia. El 31 de enero se declara emergencia nacional.
Mientras tienen que buscar información sobre el virus, los organismos que gobiernan la salud en Italia intentan identificar contramedidas en tiempo real. Entre estos, el 5 de febrero, la constitución de los Cts. Su función, está escrito en el decreto de nombramiento, es «asesoramiento y apoyo a las actividades para la superación de la emergencia epidemiológica”. Consejos y apoyos, en efecto, como ahora reafirman los socios: «Lo nuestro fueron indicaciones, fue la política la que decidió, que también en el reapertura de escuelas no nos siguió. La referencia es a abril de 2021: la Cts emitió un dictamen en el que desaconsejaba la reapertura de las escuelas de las zonas amarilla y naranja, pero el gobierno, entonces encabezado por Draghi, ordenó la vuelta a los banquillos.
En marzo de 2020, mientras el Covid manifiesta toda su virulencia en Lombardía y la política se divide en contramedidas -son los días de la campaña “Bérgamo no se detiene”-, los Cts evalúan las contramedidas con reuniones casi diarias. El 3 de marzo, examine la extensión de la zona roja. En el comité, geriatras y pediatras expresan dudas: cerrar todo y aislar a los ciudadanos podría exponer a los más frágiles, a los ancianos, a los niños, a los enfermos crónicos, a otros riesgos. Al final de la reunión, sin embargo, la posición de los especialistas en enfermedades infecciosas y representantes de los directores de hospitales, de terapias intensivas. Sin embargo, esa opinión nunca se convertirá en una medida. Y una semana más tarde para todo el pais sera aislamiento.