Elly y Giorgia dos mujeres en las antípodas

Elly y Giorgia dos mujeres en las antípodas
Elly y Giorgia dos mujeres en las antípodas

Elly Schlein y Giorgia Meloni son polos opuestos. Como la noche y el día. En todo. Desde el íncipit. Se comienza con este memorable dicho: “Seremos un gran problema para Giorgia Meloni, en defensa de Italia que está luchando más”. Una mujer en contra, anti por excelencia. La suya es una auténtica obsesión. La otra, Giorgia, no le paga con la misma moneda. Lejos de ahi. Hace alarde de una calma olímpica. Aparece flemática como súbdita de Su Majestad Británica. En resumen, la dueña de Palazzo Chigi, tal como la definen Lucia Annunziata y Giuliano Amato, no responde en absoluto de la misma manera. De hecho, declara: «Felicitaciones a Elly Schlein y felicidades al Partido Demócrata por la movilización de sus votantes en el congreso». Pero, como sabemos, in cauda venenum. No es casualidad que concluya así: “Espero que la elección de una joven para dirigir Vía del Nazareno pueda ayudar a la izquierda a mirar hacia adelante y no hacia atrás”. La ironía es como el coraje de Manzoni: si uno no lo tiene, no se lo puede permitir. Meloni lo tiene. Quizá no pueda decirse lo mismo de su interlocutor. Schlein, demostrando que quien se alaba se sale con la suya, se felicita por haber hecho una pequeña revolución. Suponiendo y no concedido que sea tal, lo hizo más habitualmente con la aprobación de los carabinieri. Empezando por Dario Franceschini, quien si se dedicaba a las carreras de caballos, invariablemente apostaría por el caballo ganador. El nuevo número uno del Partido Demócrata cree que ha tomado prisioneros a un buen número de miembros de alto perfil del partido. Pero podría terminar como Pulcinella en la guerra. Piensa que los tienes a mano. Pero podrían retenerla como rehén y no dejarla ir.

Con un partido partido por la mitad como una manzana, tú, en la mayoría entre los votantes pero en la minoría entre los miembros, pronto podrías convertirte en un rey Travicello. Cuanto más te muevas hacia la izquierda, más pastizales se abrirán en el centro. Siempre que el Partido Demócrata no sufra una escisión. Si Schlein tiene mucho trabajo para mantener juntos a los miembros dispersos de un grupo en desorden, Meloni lidera a los Hermanos de Italia con mano de hierro en guante de terciopelo. Y está demostrando que puede hacerlo en el gobierno. Todavía. Schlein nació y se crió en algodones con padres que eran profesores universitarios y un abuelo, Agostino Viviani, excelente abogado y senador del PSI por dos legislaturas. Meloni, por otro lado, tenía un padre que se fue cuando ella tenía un centavo y una madre que se ganaba la vida publicando novelas en cantidades industriales. Mientras que ella ha luchado por ser la niñera de la hija de Fiorello, la camarera en un club nocturno y más. Con Ennio Flaiano podría decir: “No soy de izquierda porque no tengo los medios”.

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