“Es muy grave que miembros de la mayoría caigan en provocaciones, lo que aumentará“. Así respondió la primera ministra, Giorgia Meloni, durante la rueda de prensa final del G7 en Borgo Egnazia sobre la trifulca ocurrida en los últimos días en la Cámara. “Pero ni siquiera esto – añadió – logró arruinar el excelente resultado de esta cumbre”. Meloni, esencialmente, atribuyó la responsabilidad de la trifulca a miembros de la oposición, que “se burlan de los miembros del gobierno para obtener lo que hemos visto”. Pronto llega la respuesta de Giuseppe Conte: “El martes agitaremos todos juntos la tricolor en Roma. Si para Meloni y sus asociados la bandera italiana es una provocación, la agitaremos con más fuerza. Descubrimos que para el Primer Ministro Meloni, mostrar una bandera italiana en la Cámara y entregársela a un ministro para decir no a la Autonomía que está dividiendo al país es una “provocación”. La bandera italiana nunca es una provocación. Es nuestro símbolo el que nos recuerda que debemos estar unidos. “Habría esperado una disculpa de quienes lideran una mayoría que ataca a un parlamentario del M5S en medio de la Cámara con una violencia sin precedentes, con patadas y puñetazos”.
