Tronó tanto que llovió. La reunión en Bolonia entre la alta dirección de Electrolux Italia y el sindicato arrojó un horizonte nada sereno. Según los indicios, el volumen del mercado europeo de electrodomésticos se ha reducido un 12 por ciento, hasta 80 millones en 2023, según las previsiones, después de que en 2021 se alcanzara el máximo de 100 millones.
Una reducción que es consecuencia de una serie de factores, desde la tendencia macroeconómica y por tanto el débil PIB de la zona y la reducción del poder adquisitivo de la población, hasta el aumento de los tipos de interés como respuesta del BCE a la subida de tipos de la inflación, la falta de confianza general de los consumidores y, por último, pero no menos importante, la caída del sector de la construcción que había sido el motor de los últimos años. El efecto combinado de todos estos factores ha elevado las previsiones para la planta de Electrolux en Porcia a una estimación de volúmenes de 583.000 unidades en 2023. Y esto mientras que las horas de paro ordinario disponibles ascienden a un total de 9 semanas a 3 de octubre. Por este motivo, de momento Electrolux ha pedido activar los contratos solidarios para las plantas de Friuli y Forlì. Al mismo tiempo, la empresa declaró 210 despidos, de los cuales 100 en Porcia y 110 en Forlì, que absorben los ya declarados anteriormente y, por tanto, en la sede de Friuli los empleados excedentes ascenderían a una treintena.
Por ahora, las instalaciones de Solaro (lavavajillas), Cerreto d’Esi (campanas de cocina) y Susegana (refrigeradores) siguen excluidas de la prestación, pero ni siquiera estas dos han estado exentas del recurso a los amortiguadores en los últimos meses.
Se iniciará una petición conjunta de los sindicatos y de la empresa para una reunión en el ministerio, la próxima cita el 12 de septiembre en Bolonia para la firma del acuerdo, las asambleas tendrán lugar el 1 de septiembre en las fábricas afectadas por las medidas.