Los semáforos de cuatro colores vienen para acelerar el tráfico en el futuro de la conducción autónoma – Corriere.it

Los semáforos de cuatro colores vienen para acelerar el tráfico en el futuro de la conducción autónoma – Corriere.it
Los semáforos de cuatro colores vienen para acelerar el tráfico en el futuro de la conducción autónoma – Corriere.it

La propuesta proviene de un grupo de investigadores estadounidenses. La luz blanca indicaría la presencia de un coche sin conductor

En el futuro los semáforos podrían adoptar también un cuarto color – blanco – informar de la presencia de autos sin conductor. Es una propuesta que viene de ultramar y en particular de los académicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, quienes han desarrollado una investigación sobre los semáforos inteligentes del mañana, acuñando la expresión de «fase blanca». En el esquema imaginado por los ingenieros estadounidenses, el rojo seguiría significando «stop», al igual que el verde «seguir adelante» y el naranja identificaría las fases de transición, mientras que el blanco indicaría a los conductores la presencia de uno o más vehículos sin conductor frente a ellos. ellos, simplemente invitándoles a seguir al vehículo que les precede, a modo de «safety car».

Para gestionar mejor los flujos de tráfico

todo se construye sobre la capacidad de los coches autónomos para comunicarse entre sí y con las infraestructuras viarias, dentro de un rango determinado, permitiendo así organizar y gestionar los flujos de tráfico de forma predictiva y sobre todo automática. Al interactuar entre sí, los vehículos autónomos podrían optimizar los viajes, a fin de minimizar el número de paradas y arranques en las intersecciones y ahorro de tiempo y combustible. Esta capacidad de los sistemas sin conductor para crear una especie de “ola verde” (la fase blanca, para ser precisos) debe comunicarse a los conductores, en carne y hueso, de los automóviles circundantes, por lo que se necesita luz blanca. En pocas palabras, el mensaje que esta señal quiere transmitir a los automovilistas sería el siguiente: “Confía en ti mismo y sigue al coche sin conductor, el sistema ya lo ha calculado todo por ti”.

Al menos el 30% de los vehículos deben ser autónomos

Sin embargo, para que la fase blanca funcione, los automóviles autónomos deben estar muy cerca de la intersección. están en número consistentecomo explica Ali Hajbabaie, uno de los autores de la investigación y profesor de ingeniería en la Universidad Estatal de Carolina del Norte: «Coordinar la viabilidad de los vehículos autónomos de forma eficiente y segura debe ser al menos el 30%. Cuantos más coches sin conductor haya, más fluido será el tráfico. Con un mix en torno al 70%, los cruces se pueden gestionar completamente en fase blanca, es decir, en modo automático». Haciendo todo eso una realidad, por supuesto, requeriría bastante esfuerzo, tanto a nivel infraestructural como regulatorio, además de que la baja difusión de los coches autónomos hace que aún no sea el momento propicio para esta tecnología. Los académicos estadounidenses, sin embargo, argumentan que algunos conceptos relacionados con la fase blanca ya podrían aplicarse hoy en algunos contextos limitados, como el tráfico portuario. «Los puertos ven una alta presencia de vehículos comerciales, para los cuales los flujos de tráfico son fundamentales. Además, en estos vehículos hay una mayor presencia de tecnologías sin conductor respecto a los turismos, por lo que puede existir la posibilidad de iniciar un proyecto piloto en este sentido» concluye el profesor Hajbabaie.

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