la historia de María Franca Fissolo, viuda del patrón Ferrero

“Tuvo algo así como una visión”. Hace sesenta años nació quizás el producto de repostería italiano más famoso del mundo. Maria Franca Fissolo, viuda del inventor Michele Ferrero, cuenta cómo surgió ese nombre.

Un tarro de Nutella (izquierda), Maria Franca Fissolo y Michele Ferrero (derecha)

Exactamente sesenta años después del nacimiento de Nutellen casa Ferrero, María Franca Fissoloviuda de Michele Ferrerogran emprendedor al frente de la empresa de dulces italiana más famosa del mundo, contó cómo nació el nombre del producto estrella de la empresa Alba.

l‘intuición llegó una tarde a Frankfurt: “A las 17.30 volvimos al hotel, su madre también estaba allí y teníamos que ir a cenar a las 18.00, como era costumbre en Alemania. Pero dijo que saldría un momento. Pasó media hora, luego ya una hora, su madre impaciente quería bajar a llamarlo, yo la detuve diciéndole que debía tener algo importante en mente”, recuerda la mujer en una entrevista al Corriere della Sera.

Después de dos horas bajé y lo encontré en el pasillo, subimos al ascensor y me dijo: “María, no me digas nada, mi cabeza debe estar libre, dame un momento más de tiempo porque Ya casi he llegado”. Se paró en la ventana mirando el río y luego se volvió y me dijo: “Nutella”. Lo miré como un loco y le dije: “¿De qué estás hablando? ¿Qué es Nutella?”. Y él, como si tuviera una visión, me respondió: “Es el nombre del producto que dará la vuelta al mundo”“.

Incluso con motivo de la invención de otro producto muy conocido de Ferrero, elhuevo más amableMaría Franca admitió que vio la misma mirada en los ojos de su marido: “Será Semana Santa todo el año”. Su objetivo era convencer a madres y abuelas para que lo compraran, por lo que tuvo que ponerle más leche y menos cacao. Y luego lo que lo hizo verdaderamente icónico: la sorpresa en su interior.

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Pero en la vida de la viuda del dueño de Ferrero también hay momentos duros. Como cuando la pareja se enteró de que las Brigadas Rojas los habían atacado. Así se lo reveló el general Carlo Alberto Dalla Chiesa, que fue a su casa en Turín y los obligó a abandonarla a los pocos momentos. Desde entonces ella se mudó a Bruselas con sus hijos y él a Langhe, como amigos.

Pero el mayor dolor de María Franca fue el de pérdida de hijo. “Tuve suerte, pero perdí Pedro que sólo tenía 47 años, y perder un hijo es inhumano. Fue el único momento de mi vida en el que pensé que quería morir”, revela en la entrevista.

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