«Nos importa una mierda lo que haga Italia»: el primer San Siro de Sfera Ebbasta

«Nos importa una mierda lo que haga Italia»: el primer San Siro de Sfera Ebbasta
«Nos importa una mierda lo que haga Italia»: el primer San Siro de Sfera Ebbasta

La Scala del fútbol se ha olvidado del fútbol, ​​o más bien del partido que Italia disputó anoche en Leipzig y que le valió la clasificación para los octavos de final de la Eurocopa 2024. La nación miraba la televisión, pero no los espectadores del primero de los dos conciertos de Sfera Ebbasta en San Siro. Ya en la previa al partido se respiraba un aire de victoria, a diferencia de los mediocres azzurri. Gionata Boschetti es la campeona favorita de un público que, según se supone, tiene menos de treinta años, la edad del rapero. Para muchos fue como volver al cole, donde hace casi diez años aparecieron las primeras canciones de este chico de Cinisello que aportó algo fresco, diferente y atractivo a la escena del rap italiano.

Sfera se encargó personalmente de la escenografía, una estructura que recuerda los edificios del interior de Milán donde creció. En el centro hay una empinada escalera adecuada no para un descenso arrastrado al estilo de San Remo, sino para artistas expertos en parkour que abren el espectáculo con el sonido triunfal de O suerte.

Estas cosas se les han subido a la cabeza / Y ya no puedes salvarlos / TomTom: siempre en movimiento / Estoy pensando en dinero”. Esfera aparece en lo alto del escenario cantando. Visera de pico. El estadio tiembla y no dejará de temblar hasta el final del concierto. El chico viste un traje de mecánico rojo, su nombre está bordado en la chaqueta con las letras Ferrari y el Cavallino en la espalda, como para recordar una vez más al mundo que él es Sfera Ebbasta, el superdeportivo de la escena del rap italiano. Sin músicos en el escenario: salvo la aparición de Charlie Charles y un coro de niños 15 pisos, Sfera canta sola en las bases. De vez en cuando llama al DJ Junior K, pero no se le ve en el escenario.

Después XDVR Y panette, del primer disco de 2015, toma aire y disfruta del delirio. Recuerda que fueron él y su grupo quienes trajeron este género musical a Italia: «¿Cuántos de vosotros habéis seguido el trap desde el día cero?», pide al público que presente a sus “caballos” Side Baby, que entra, tropieza y se levanta ante la mirada de Sfera, y la otra cara de la moneda de Dark Polo Gang, Tony Effe. Son los primeros invitados de una larga serie: Tedua, Izi, Luchè, DrefGold, Anna, Lazza, Rkomi, Simba La Rue y Geolier, en directo desde tres fechas en el Maradona. Una presencia que huele a un choque en la cima por la corona del rap italiano. Evidentemente, los dos se encuentran en momentos diferentes de su carrera: Emanuele da Secondigliano está en su apogeo con su tercer álbum, Gionata da Cinisello va por el quinto y ya no parece tener muchas cosas nuevas que decir. Entonces me pregunto: estos dos San Siros serán el cierre del ciclo. banda de dinero de mil millones de cabezas?

En pleno concierto, mientras Sfera canta piezas sin protagonistas, un amigo me escribe que Dedé, el joven de diecisiete años que acaba de subir a la catedral de Milán, está en directo en Instagram desde el “techo” del estadio, todo ante la mirada de decenas de miembros de la policía: ¿preparados, seguridad? Pero al público desprevenido sólo le interesa lo que sucede en el escenario. Sfera, que mientras tanto se ha quitado la chaqueta y salta con el torso desnudo haciendo gala de un físico destacable, rapea un golpe tras otro. Aunque en cierto momento se queda sin aliento, sabe cómo tener al público de su lado, pero es un poco menos capaz de interactuar con las decenas de artistas y bailarines que animan el escenario. No faltan los llamamientos a la libertad por parte de Baby Gang y Shiva. En cierto momento rompe la burbuja que ha creado preguntando: “¿Cuánto gana Italia?”. Inmediatamente se corrige: “Nos importa una mierda”.

No habría Sfera sin Charlie Charles, y así nos lo recuerda primero un vídeo nostálgico en las pantallas gigantes del escenario, con el rapero y el productor trabajando en el estudio, luego una actuación fallida para voz y piano de botellas privadas. “Nos prometimos que nunca entraríamos en este estadio a menos que estuviéramos juntos en uno de nuestros conciertos”, dice Charlie. Una promesa cumplida, como la que le hizo Gionata a su madre, a quien le dijo que gracias a la música tendrían una vida mejor. Ahora Sfera tiene pareja y un hijo que no crecerá en el Ciny que vivió y cantó.

Y es precisamente con la canción dedicada a su ciudad natal – que interpreta a capella luciendo un pañuelo dedicado a Cinisello que le arrojó un aficionado – y de nuevo con Visera de pico que el Rey Trampa se despide, mientras se anuncia una gira por los pabellones deportivos en 2025. La burbuja estalla, pero la gente está doblemente satisfecha: la selección nacional de fútbol empató en el minuto 97 contra Croacia, el gol de Zaccagni se clasifica para los octavos de final dieciséis . Y enseguida volvemos a la realidad, la de los aburridos coros de “po-po-po”. Mejor esfera.

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