Si la IA también engaña a la madre de Katy Perry

Si la IA también engaña a la madre de Katy Perry
Si la IA también engaña a la madre de Katy Perry

La madre de Katy Perry no reconoció a Katy Perry. O más bien lo confundió con otro. Lo cual, dicho sea de paso, no existe, excepto en el evanescente pero omnipresente mundo de la inteligencia artificial. Y es precisamente esta diferencia insalvable la que salva esta noticia del acervo indiferenciado y la transforma en una alerta para todos nosotros. Pero recapitulemos, partiendo de los márgenes más ínfimos de esta cuestión. Hace dos días se celebró en Nueva York la Met Gala, un evento benéfico (muy social) organizado en el Museo Metropolitano de Arte por Vogue -bajo la atenta y con gafas supervisión de su directora Anne Wintour- cada primer lunes de mayo.

No hace falta decir que el centro de la ceremonia son los VIP que participan con sus trajes de diseñador y extravagantes. Y hasta ahora todo es normal. Entre las numerosas fotografías que circulan destacan dos, las de dos estrellas intercontinentales: Katy Perry y Rihanna. La primera aparece retratada con un vestido largo con adornos florales que llega hasta el suelo transformándose en musgo, la segunda con un vestido-instalación que se cierne sobre su cabeza con una gigantesca construcción circular. Todo grandioso, todo brillante, todo ya visto, todo muy americano en su suntuosa exageración. Pero todo falso. Incluso si todo es tan plausible que es amigable para las madres y, por lo tanto, está a un paso de la realidad. Todo creado con inteligencia artificial, difundido en las redes sociales y retransmitido en sitios y televisores de todo el mundo. Decenas de millones de personas en todo el mundo creen en este engaño, que también podríamos calificar de experimento científico refinado, si no tuviéramos miedo de que lo haya creado algún nerd perezoso y travieso. Entre estos se encuentra la ya mencionada madre de Katy Perry. Quien -corazón de madre- al ver la imagen de su bella y bucólica hija, levanta el teléfono y le envía un mensajito: «No sabía que ibas al Met. ¡Qué vestido tan maravilloso!”. A continuación siguen las explicaciones de la cantante a sus padres, obviamente publicadas en Instagram.

Entonces: si esto fuera solo un chisme, podríamos tirarlo inmediatamente al contenedor gigante de “a quién le importa”. Pero detrás de esta comodidad se esconde un peligro gigantesco. Apliquemos el criterio más antiguo del mundo (la madre) a la tecnología más moderna (la inteligencia artificial): si una madre no reconoce a su hija real de la virtual, significa que se ha superado el límite. Surge un gigantesco problema político del cual la “mamá-puerta” es un paradigma pequeño pero eficaz: en la cresta de lo verdadero y lo falso, la ya tambaleante democracia de Occidente corre el riesgo de derrumbarse. Dentro de seis meses se celebrarán las sexagésimas elecciones presidenciales en la historia de Estados Unidos y la campaña electoral corre el riesgo de verse drogada y distorsionada por una marea creciente de fake news y deep fakes generados por una inteligencia artificial al alcance de cualquiera. Incluso para aquellos que tienen interés en sabotear la democracia. Mientras tanto, por enésima vez, la legislación y los gobiernos elefantes se ven obligados a perseguir los rápidos e invisibles buques de la tecnología.

Y no debemos tener la presunción de pensar que mientras tanto nunca caeremos en la trampa, porque somos más inteligentes que una máquina: en realidad todas somos madres potenciales de Katy Perry.

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