SANTO MÓRBIDO – Tragado por el infierno |

SANTO MÓRBIDO – Tragado por el infierno |
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el debut Espectro de la muerte es uno de los registros extremos más bellos de esa época, al igual que Sanación espiritual y muchas otras cosas inolvidables. Es una pena que Morbid Saint los recuerde en cinco gatos. El grupo en cuestión sufrió una proverbial mala suerte y se disolvió en 1994, antes de completar su segundo álbum. Sistema de destrucción. En pocas palabras, hace unos quince años el cantante Pat Lind volvió a poner a la banda en pie con una formación no tan alterada y comenzó a probar las aguas nuevamente. En primer lugar, se reeditó todo el material antiguo, incluidas las demos. En medio de todas estas ganas de empezar de nuevo, también se lanzó un disco en vivo que imagino cuántas copias vendió, y, en 2015, el tan esperado disco. Sistema de destrucción Fue hermoso en todos los sentidos, tanto en las canciones como en los sonidos. Era como si un maldito puente nos hubiera devuelto a 1992 y a los años en los que el push-and-pull thrash metal aún vivía y reinaba, en medio de la euforia mediática que ofrecía Surgir Sepultura, los primeros Demolition Hammer y todo lo demás. Años dorados en los que ciertamente no se percibía que todo cesaría en un instante.

El tercer álbum de los thrashers de Wisconsin se publicó en febrero y finalmente contiene material completamente nuevo. Se lo tomaron con calma, porque han pasado bastantes años: nueve, para ser precisos, desde aquel lejano regreso al estudio en 2015. Yo también me lo tomé con calma, y ​​perdónenme si tardé unos dos meses en revisarlo: Ciccio me reprocha haber antepuesto la reseña de lo banal a la de ellos Ángeles suicidas. El problema es que inmediatamente después de escribirlo viví, durante unas semanas, en un cobertizo con el único fin de fotografiar lo más cerca posible al gorrión pico migratorio, cocothraustes cocothraustes según la ciencia, en promedio cincuenta y siete gramos de plumaje marrón y naranja y un pico que parece estar hecho de acero. parece uno Portada de Judas Priest ese pico. Una auténtica obra maestra de la evolución que no podía faltar en mi colección de Instagram, con la que atraigo a mujeres maduras, las llevo a casa y las obligo a escuchar Morbid Saint: ¿ahora entiendes que todo suma?

El álbum tuvo éxito en contenido pero no tanto en forma. La batería es una mierda y el sonido de la patada nos recuerda a maestría Con Pablo Masvidal. La compresión del instrumento es realmente excesiva. Por lo demás tengo la sensación de que esta vez Morbid Saint no han conseguido, como hace nueve años, devolvernos esa sensación de conexión directa con la época que los trajo al mundo. Lástima, porque Tragado por el infierno arranca de la mejor manera posible gracias a un tríptico inicial bien estructurado, y desciende sólo al final, justo un momento antes del buen cierre que ofrece Psicosis. El nuevo bajista Bob Zabel, a diferencia de lo que ocurría en la batería, está perfectamente integrado y Pat Lind no parece sufrir especialmente el paso del tiempo, ofreciendo Miedo encarnado la mejor interpretación. El set list no está a la altura del de Sistema de destrucción y mi entusiasmo inicial disminuyó a medida que las semanas y las sesiones de escucha se superponían, en paralelo con el descenso del voraz y tenaz pinzón sobre los adornados comederos.

Tel.: Marco Belardi – Coccothraustes cocothraustes

El punto fuerte sigue siendo el de siempre: los cambios bruscos. El riff entrante es tres de cada cuatro inesperado e implica el habitual salto sobre la silla. No hay monotonía en Morbid Saint, aunque las canciones están estructuradas de forma mayoritariamente sencilla y no se pierden en tecnicismos de ningún tipo. Tienen las capas adecuadas, y haber nacido cerca de la edad de oro del techno-thrash ha dejado una especie de legado incluso para aquellos que no lo practicaron. La portada parece una mirada detrás de escena de los videos de Slayer que apoyan arrepentido. Hay un tipo con camiseta de tirantes que tiene un problema con otras personas y se deshace de ellas: el motivo sin duda es el dinero, como en los tiempos de Euronymous en aquel rellano.

Srevolcado por el infierno Me gustó, aunque no tanto como Piero Tola, que seguro que no pudo soportarlo porque estaba ocupado fotografiando ardillas rojas. (esciuro vulgar). Quizás todo el tiempo transcurrido desde el anterior LP había disparado en mí la expectativa, si no la certeza, de encontrar mayor calidad y continuidad. Sangrarlos hasta secarlos y algunas otras piezas simplemente no dan en el blanco, a pesar de esos estribillos acertados al final. Esmoquin de pinoexcepto el inicio de Ángel de la muerte, es otro que no me convenció nada, a pesar del disfrutable final que roza el death metal. Incluso en los episodios más débiles siempre hay algo que salvar. Un riff, un pasaje: nunca se tira todo por la borda, salvo quizás en el plano Instinto asesino. Y el thrash metal de Morbid Saint sigue siendo tan afilado como una espada hoy en día.. (Marco Belardi)

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