CLAVEL VERDE – Luz del día, día de la oscuridad

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8.5

  • Banda:
    CLAVEL VERDE
  • Duración: 1:00:06
  • Disponible desde: 01/08/2001
  • Etiqueta:
  • Producciones Profecía

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Para ciertos álbumes, investigar el ‘cómo’ es tan importante como abordar el ‘cómo es’, y “Light Of Day, Day Of Darkness” de Green Carnatiom es sin duda uno de ellos. Es difícil hablar de un tema de una sola hora de duración, especialmente si tiene un alto contenido emocional más que técnico, pero intentaremos hacerlo de todos modos; no sin antes haber dicho algunas palabras sobre el camino que llevó a su creación.
En primer lugar, porque este viaje es la personificación de lo que pudo pasar en Noruega en esos años, y luego porque ayuda a comprender y explicar su alto nivel de calidad; entendiendo que su mayor creador sigue siendo sin duda sólo Tchort, también conocido como Terje Vik Schei, único compositor, guitarrista y líder del grupo.
A pesar de lo que dice la discografía oficial, que comenzó en el año 2000 con el primer disco “Journey To The End Of The Night”, fue Green Carnation quien dio origen a In The Woods… en 1991, y no al revés, y cuando estos últimos decidieron Al disolverse, en 2000, Schei, recién salido de Emperor y un par de años en prisión, revivió la antigua asociación con los gemelos Botteri y lanzó el ansiado debut, que continúa la tradición de excelencia ligada a este conjunto de músicos de Kristiansand. la ciudad más meridional de Noruega. Ya sería una obra maestra, si no fuera por algunas incertidumbres vocales y de grabación: el remake de “My Dark Reflections Of Life And Death” que apareció en el sexto y último (por ahora) álbum de Green Carnation, “Leaves Of Yesteryear”. ” de 2020, que finalmente hace justicia a una pieza sensacional que anunció las glorias venideras. De hecho, en apenas un año está listo el segundo álbum, el que nos ocupa, que es la cumbre indiscutible del grupo. Se puede entender inmediatamente pulsando el botón ‘play’: en una obra de este tipo, la voz entra prácticamente de inmediato, después de apenas dos minutos y cuarenta segundos, porque hay tantos hierros en el fuego preparado por Schei que no hay’ Ni siquiera es necesario insistir en introducciones instrumentales inútiles. La mencionada voz es entonces la soñadora, cálida y persuasiva del invitado Jan Kenneth Transeth, cantante de In The Woods…, que se posa suavemente sobre un fondo acústico enriquecido por el bajo de Stein Roger Sordal, los teclados y la voz del pequeño hijo de Schei, lo cual tiene un significado particular ya que todo el álbum está inspirado y dedicado a la otra hija trágicamente perdida por el guitarrista noruego. Hasta la media hora tenemos una sucesión sumamente fluida de riffs, arpegios acústicos, melodías vocales de gran carisma e impacto, sin grandes lagunas; un viaje apasionante difícil de olvidar, simple en sus elementos individuales, pero complejo en su creación; muy detallado, pero nada difícil de seguir; en definitiva, un medio milagro de equilibrio y mesura dominado por el verdadero cantante del álbum que es por naturaleza Kjetil Nordhus, perfecto, imperioso, versátil, expresivo; Imposible imaginar a alguien más en su lugar.
La segunda media hora es más impregnada, flemática, íntima, refinada. Aquí los músicos individuales crean sus propios espacios, que también están altamente calibrados y nunca son un fin en sí mismos. Comienza con el saxofón y los suntuosos trinos de la otra invitada Synne Diana Larsen, co-cantante de In The Woods…, para pasar al solo gilmouriano de Bjørn Harstad, también ex In The Woods…; Seguimos con la segunda breve aparición de Transeth y un crescendo de metal progresivo, digresiones psicodélicas y arabescas, antes de retomar los temas principales del álbum, como en un musical, el riff principal, la melodía básica, las voces de bebé. Se cierra una caja de música, como en “Heart Of The Ages”, cortada bruscamente en el momento preciso: es el fin del sueño, el regreso a la dura realidad.
No hay gemelos Botteri en este álbum, pero además de los invitados de la pareja vocal, el álbum mantiene en dos el número de miembros oficiales del grupo paralelo, Bjørn Harstad y Anders Kobro; y a esto último vale la pena dedicar unas palabras también: un baterista con un sonido limpio, sencillo y preciso, fruto del cuidado metronómico y de una actitud de estar siempre al servicio de la pieza, sin importar si es metal extremo o rockero de setenta años.
Por todo lo comentado hasta ahora, es natural comparar este trabajo con In The Woods…, y en particular con su segundo álbum “Omnio”, pero el trabajo de guitarra de Schei, muy diferente al de Christian Botteri, lo empuja aún más hacia Anathema, verdadera deidad tutelar de ambos equipos de Kristiansand, incluso más que King Crimson y Pink Floyd.
Mucho más metal clásico que el doom vanguardista noruego y los discos negros de aquella época floreciente, todavía incorpora sus reminiscencias, como en el uso del saxofón, el Hammond, el sitar, en la loca profusión de samples que enriquecen y facetan el sonoro, en un eclecticismo estilístico que va del doom a la psicodelia.
Una obra imprescindible del metal de principios de milenio que fotografía a la perfección una época mágica de gran emoción y creatividad, y que reúne a un gran número de músicos excepcionales del black metal que han aterrizado en otros campos con resultados sorprendentes, de la mano de un Compositor sublime, espoleado por el dolor en una catarsis conmovedora e inolvidable.

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