Nike Cortez, una de las zapatillas más sencillas e icónicas de la compañía, tiene una larga historia. Diseñado en 1968 por Bill Bowerman para Blue Ribbon Sports de Phil Knight, cuando Blue Ribbon vendía zapatos fabricados en Japón por Onitsuka, el modelo se conocía originalmente como Tiger Corsair. El zapato fue un gran éxito, lo que llevó a Knight y Bowerman a separarse de la compañía japonesa y, en 1972, lanzaron su propia versión de lo que ahora llaman Nike Cortez. Este no es solo un clásico de Nike, sino posiblemente el clásico de Nike, la zapatilla que empezó todo.
Si bien los orígenes de Nike Cortez han sido eclipsados por el legado de la película, su popularidad como ícono cinematográfico al menos ha mantenido viva la zapatilla en la imaginación popular. Y esta combinación de colores en particular, elegida por su conexión simbólica con la bandera estadounidense, muy en consonancia con el espíritu y los temas de la película, fue celebrada con razón por su estética estilizada y la belleza de los colores primarios. Es difícil superar a Rojo, Blanco y Azul en cuanto a simplicidad estética, y el hecho de que todo tenga una conexión tan fuerte con la historia de la película lo hace aún mejor. No sorprende entonces que el objeto real sea aún más codiciado: el Cortez utilizado en la película se vendió recientemente en una subasta por más de 50.000 dólares.
No creas que tienes que pagar cinco cifras. Si bien el relanzamiento ya está completamente agotado en Nike.com, aún puedes conseguir un par en StockX por una tarifa relativamente razonable.
Artículo publicado originalmente en GQ US
