La profecía del mal, la reseña de la película de terror.

Prerrogativas de una película de terror: inquietar, asustar, disgustar, escandalizar, inquietar y, por qué no, también entretener. Un desafío muy complicado, sobre todo hoy en día, cuando el género vive varios shocks: por un lado, las películas de terror puro y duro, por otro, las más cerebrales, que definiríamos como de autor. En el medio, intentos ilimitados de emulación, a menudo no a la altura y a menudo poco dispuestos a respetar esas prerrogativas, provocando risas y algunos bostezos en el público. Por su parte, Spenser Cohen y Anna Halberg, adaptando la novela Horrorscopio por Nicholas Admas, se esforzaron, pero no fue suficiente para salvar La profecía del mal (tarottitulo original).

El Tarot Maldito: Harriet Slater en la película

Una película de terror deudora de la saga de Destino final, sin embargo, vinculándose a las imágenes habituales en las que una maldición reavivada acaba cobrándose víctimas tontas, que nos importan muy poco. Sin embargo, el El material original también sería interesante., excepto que el desarrollo general es muy poco convincente y poco atractivo. La escritura y la estética no coinciden, y la película roza lo jocoso. Por supuesto, el espíritu (para seguir con el tema) se está moviendo. La profecía del mal es el dedicado al entretenimiento, sin embargo el entretenimiento en sí debe estar alimentado por ciertas características (ejemplo: no tomarse a uno mismo en serio), casi totalmente ausentes en el horror de Spenser Cohen y Anna Halberg.

La profecía del mal, la trama: las cartas del tarot malditas

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La profecía del mal: una de las muertes de la película…

¿Historia? Digámoslo de inmediato La profecía del mal tiene un incipit muy largo, tanto que parece empezar de nuevo al cabo de unos quince minutos. Conocemos a los protagonistas, un grupo de amigos reunidos en una remota villa en los bosques de Catskills. La ocasión es el cumpleaños de Haley (Harriet Slater), pero acaba de romper con Grant (Adain Bradley). Por eso, entre guiños y muecas, hay cierta tensión en el grupo. Tensión que aumenta cuando se acaba el alcohol. Movidos por las ganas de beber cerveza (¡qué novedad!), los chicos se topan con una extraña habitación (¡otra novedad!) en la que encuentran una baraja de tarot decididamente inquietante. Idea brillante: Haley decide jugar al tarot para sus amigos, mostrándoles lo que parecen contener las estrellas. Lástima que las cartas del tarot estén malditas y las profecías caigan inexorablemente sobre los niños. Uno a uno, acabarán asesinados y asesinados por la inexorable maldición. ¿Cómo salir de esto?

Un horror que no cree en sí mismo.

No, os lo decimos, no hay salida: La Profecía del Mal, silenciosa y torpemente, intenta hacer horroroso el destino, del que somos creadores directos (de ahí el guiño a Destino Final). El azar y el destino son los impulsos desaliñados que se suman a un tono de terror que nunca da miedo, mientras se evita en la medida de lo posible (y esto es bueno) el uso y abuso del jumpscare (los hay, pero tienden a ser enmascarados y/o predecibles). ). La cuestión es que la técnica general, como el guión, no hace que la película sea lo suficientemente convincenteinsertando en la historia aquellos elementos clásicos que han marcado las fortunas y desgracias de cientos de películas de terror (una chica final, un grupo de niños poco inteligentes, una casa en el bosque).

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Jacob Batalon, uno de los protagonistas de la película.

La idea de las cartas del tarot malditas, y de una muerte diversificada, que se manifiesta cada vez de forma diferente (quizás el mago loco sea el más exitoso, o al menos el único que realmente provoca un escalofrío), también sería Sin embargo, cinematográficamente eficaz La profecía del mal llega con cansancio al epílogo, tras un puñado de diálogos límite, en los que acabamos perdiéndonos sin un conocimiento real de los hechos. ¿Qué decir? La de Spenser Cohen y Anna Halberg es una película de terror desdentada e inofensiva, que quiere entretener sin creer plenamente en ello. Y si el guión no lo cree, el público tampoco podrá creerlo.

Conclusiones

Una película de terror sin demasiados pretextos, dedicada al entretenimiento fácil y directo. Una idea interesante en sí misma, la que enciende la trama, pero estructurada con un carácter tan esquemático y precipitado que la puesta en escena nunca llega a resultar realmente inquietante. La profecía del mal, de hecho, sigue el paradigma del Destino Final, jugando con el destino y la muerte, como una maldición contra el habitual y torpe grupo de niños americanos.

porque nos gusta

  • ¡La secuencia del mago loco!
  • La inspiración inicial.

Qué ocurre

  • La prisa general.
  • El esquema.
  • Nunca realmente da miedo.

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