Querida Molise, tengo que irme, la angustia de un joven de 24 años: esperaba no revivir la historia de mi abuelo – Amolivenews

Querida Molise, tengo que irme, la angustia de un joven de 24 años: esperaba no revivir la historia de mi abuelo – Amolivenews
Querida Molise, tengo que irme, la angustia de un joven de 24 años: esperaba no revivir la historia de mi abuelo – Amolivenews

Molise puozz’ess’acciscantó nuestro Fred Bongusto. Una declaración de amor extraída del disco “profesional de noche”. Su conocida canción comienza así: – Simm’ state nu Molis’ / ‘O Molis’, du jorne ‘e sole e cento chiove/ Simme’ state nu Molis’/Quien te encuentra siempre canta una canción/ ¿Cuándo llegaron? ¿Hasta dónde vas?- ¡Sí, este es precisamente el sentido de Molise que ya nadie reconoce, que nadie penetra en sí mismo y, dejando lugar a la desolación en el corazón, abandona después de volver pensando de nuevo en no irse jamás!

Desafortunadamente, irse lejos es la única solución para sentirse separado de una región, hermosa o fea. Esto deja un sabor amargo en la boca, deja atrás lo que se ha construido, amado, compartido, imbuido y tallado en los corazones de cada Molisan”. Molise, que te maten. Hoy, como ayer, te dejo por una certeza de vida y con la misma certeza de que eres y seguirás siendo mi Molise”.

Frase recurrente, que desde hace décadas corre por las venas de quienes, por políticas perversas, perjudiciales para la mayoría, los menos afortunados y no nacidos con la camisa del Padre, del Tío, del Político de turno, se encuentran empacando y alejándose, lejos, más y más lejos de una tierra que sólo tiene en sí la autorreferencialidad de unos pocos en detrimento de muchos. Hoy nos encontramos en la hermosa plaza de Campobasso, despojados de pensamientos, despojados de sonrisas, despojados de aquellos que han hecho grande a una región dándole la autonomía, el respeto que merecía y tal vez todavía merezca. Una plaza que no ríe y no reclama el frenesí de un tiempo que no volverá.

Carreras y raids”bits cors” que parecen un recuerdo lejano. Ruidos ya la vez, pasos corriendo hacia las innumerables actividades comerciales, dejando espacio para sonrisas y gastos ostentosos, que dictaban la vida de un pueblo, Campobasso, y de una región, con tracción económica igual a otras mucho más nobles. Recuerdos pasados ​​que ya no consiguen ni sonreír, ruidos de persianas metálicas que bajan para no volver a subir, crujidos de latas, papel de pan, que recuerdan al bien”Mboste” que el pasado nos ofrecía como agregadores y compañeros de viaje sin preocupaciones y sin la angustia de no poder utilizarlos. -“¿El pasado es pasado?

Puede ser así pero el pasado no se borra del todo y amargamente al recordarnos en sueños y con los ojos abiertos, nos entristece y nos hace pensar que lo único que podemos hacer es partir. La política está para esconderse detrás de la culpa ajena, la condición de no ser independiente de las elecciones de los altos gobernantes en cuanto a los escaños, de rodearse de un hábito sabiendo que es el verdadero objetivo de los pedidos de ayuda esperanzada, sabiendo que miente en su propio beneficio electoral. -“Tenía la esperanza de no hacer lo que hizo mi abuelo, que fue la maleta”-, Gianni, un chico de 24 años con lágrimas en los ojos –“ pero tengo que ir.

Formé una familia y no puedo pensar en volver a estar solo en un dormitorio y con el dinero de bolsillo que me ofrecieron mis padres. La dignidad no se llama Molise y de mala gana tengo que dejarla aquí para encontrarla en otra parte”. Y así en la indiferencia de muchos y en busca de la paz de aquellos que tienen la muerte en el corazón, querida Molise” Puozz’ess’ accis”. Esperando no volver a preguntarnos en el futuro” ¿Cuándo llegó allí? ¿Qué tan lejos te vas? “ y se le dice: ¡Me quedo aqui!

Mauricio Varriano

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