“Cuando escuché la noticia de la tragedia ocurrida en la costa del Mar Jónico, sentí mucho del dolor que sentí cuando, como Comandante Marítimo de Sicilia, coordiné la recuperación en tierra del pesquero egipcio que se hundió en abril 18 de diciembre de 2015, con 900 cuerpos de inmigrantes ilegales”. El Almirante de División Nicolás De Félix, ha ganado una gran experiencia durante una carrera militar de primer nivel, con posiciones al mando de las unidades más prestigiosas de nuestra Armada. Ha operado extensamente en aguas del Mediterráneo adquiriendo una gran experiencia en el tema de las travesías de la desesperación.
Almirante, ¿qué opina de la tragedia que tuvo lugar en la costa de Calabria?
“En primer lugar, me uno a las condolencias generales por esta gran tragedia que cuenta con tantas víctimas. Lamentablemente, estos migrantes clandestinos dependen de indecibles delincuentes, se embarcan en condiciones de mar desconocidas al aceptar las condiciones dictadas por los traficantes de personas. El barco utilizado para esto la travesía es ciertamente inadecuada para un número tan grande de personas, se podría suponer que fueron acompañados durante una cierta parte del viaje por un barco “nodriza” más grande”.
Errores, hallazgos que no se corresponden, análisis contradictorios, seguro, solo quedan las muchas víctimas cuyo número va aumentando con el tiempo…
“Tenemos que esperar y respetar las investigaciones que aún están en curso y que revelarán cómo se desarrollaron los hechos. Lo que debe llevarnos a reflexionar en cambio se refiere al lugar de partida de estos traficantes de seres humanos, quienes, habiendo salido de Turquía cruzaron el y aguas territoriales griegas intactas. El primero es un estado de la OTAN, el segundo es un estado de la Comunidad Europea, ¿por qué no eligieron Grecia como puerta de entrada a Europa? ¿Quizás porque las políticas de recepción son completamente diferentes a las italianas? Si hubieran entrado en Europa desde Grecia, esta tragedia se hubiera evitado… Además, actualmente no hay ningún pedido de ayuda desde el barco, parece que los criminales contrabandistas incluso se habían apoderado de todos los teléfonos móviles a bordo, destacando toda su incompetencia, cuando la mar se ponía “pesada”, no enviaban mensajes de socorro”.
Incluso las patrulleras de la Guardia di Finanza, aunque salieron a la mar, se vieron obligadas a regresar a puerto debido a las adversas condiciones del mar; ¿Qué se podría hacer en esas condiciones climáticas?
“El deseo de salvar vidas humanas por parte de nuestras unidades marítimas está absolutamente fuera de discusión. Cuando el mar tiene condiciones climáticas tan prohibitivas, se crean situaciones de altísimo riesgo incluso para unidades navales más grandes. Recordemos que nuestras fuerzas marítimas tienen barcos de gran nivel operativo, que han realizado su trabajo muchas veces en situaciones de gran dificultad, pero cuando la mar está realmente agitada, cualquier transbordo de personas es absolutamente inviable. Entonces también puede haber otro aspecto a considerar…” .
¿Cual?
“Algunos testigos dicen que el barco de los traficantes de hombres estaba a poca distancia de las costas de Calabria (también el alto número de sobrevivientes lleva a esta hipótesis), probablemente la solicitud de SOS por parte de los traficantes criminales no se lanzó porque por error pensaban que podían aterrizar. Con esas condiciones meteorológicas, por desgracia, cualquier cosa puede pasar en unos minutos”.
¿Qué se debe hacer para garantizar que estas tragedias no se repitan?
“Una cosa está muy clara: el 94% de los que intentan llegar a Italia lo hacen solo por motivos económicos. Continuar con este flujo ininterrumpido no solo conducirá a que se repitan hechos como los ocurridos hace unos días en el Calabrian costa, pero a la larga, seguir recibiendo a cientos de miles de inmigrantes ilegales podría poner en peligro el equilibrio social, económico y de seguridad de nuestro estado”.
¿Entonces?
“Para derrotar, de una vez por todas, las organizaciones criminales que manejan el mercado de seres humanos; el Estado italiano adopta líneas de acción a ser acordadas con la UE, la ONU, los Estados de origen, los Estados de tránsito de inmigrantes clandestinos, como así como con los Estados de abanderamiento de los buques de las ONG, pasando de la dimensión organizativa y jurídica nacional a la multinacional. En esencia, una verdadera operación civil y militar internacional, que prevé como “conditio sine qua non”, el consentimiento y la implicación dirigidos por los gobiernos de la orilla sur del Mediterráneo reconocidos por la ONU, la agregación de las naciones europeas, el establecimiento de puntos críticos en África -no lejos de los países de origen- financiados por la ONU, gestionados y controlados por la UE para la definición de protección internacional y la posible concesión de asilo político. Para quienes no tienen derecho a él, la UE planifica y programa el retorno -voluntario o forzoso- a los países de origen sujeto a acuerdos bilaterales que incluyan cláusulas persuasivas de cooperación económica, militar, diplomática y comercial. El mando y control, la vigilancia y el patrullaje mixto en aguas territoriales se comparten con las fuerzas del orden locales. El objetivo principal de la operación es interceptar y erradicar la trata de seres humanos y cualquier intento posterior de migración ilegal y clandestina desde Libia, Túnez u otras fuentes hacia Europa”.
En este contexto, ¿cómo debe gestionarse la actividad de las ONG?
“Respecto a los Estados de abanderamiento de barcos de ONG como Alemania y Noruega que insisten en señalar a Italia como único punto de desembarque, fomentando el negocio de la trata de seres humanos con su atractivo, respetar el Reglamento de Dublín de la UE que impone a esos Estados -donde el se produce el primer cruce ilegal de la frontera europea – la responsabilidad de la protección internacional de los refugiados y del asilo político relacionado. El complejo de normas internacionales y europeas impone al Estado del pabellón la obligación – punible a nivel de derecho internacional – de ejercer una función reguladora eficaz y poderes efectivos de control, certificación y sanción para proteger intereses atribuibles a la comunidad internacional en su conjunto, tales como la vida humana o el medio ambiente marino. Sin bandera, un buque no puede navegar”.