Leí que Simone Inzaghi no salvaría el banquillo del Inter, en el que se sienta desde hace dos años, ni aunque, además de la Supercopa, también ganara la Copa de Italia. O reproduzca el botín de trofeos de la temporada pasada. Los directivos le habrían pedido el segundo puesto porque prima el campeonato por encima de todo. Ahora bien, es tautológico argumentar que el campeonato es una prioridad, pero es igualmente lógico reiterar que Simone Inzaghi no es exactamente Antonio Conte. No es una cuestión de habilidad, sino de hábito. El primero aún no ha ganado un Scudetto, el segundo los ha ganado tanto en Italia como en Inglaterra. E. en Italia, demostró que puede hacerlo no solo con la Juventus, sino con el Inter.
Escucha “Las extrañas peticiones a Simone Inzaghi, Marotta lo trata como si fuera Conte” en Spreaker.
Pero cuando Marotta llamó a Conte, él sabía lo que quería y lo que podía. Hoy, con Inzaghi, quisiera, pero no puede. Los requisitos para darle a Inzaghi un equipo tan fuerte como el que exigía Conte no existen, ni han existido nunca. E Inzaghi ni lo pide, porque el Inter, de por sí, ya es lo mejor para él. Conte es un revolucionario que cultiva para sí mismo el culto a la victoria. Inzaghi. en cambio, es un tipo corporativo obvio, que aún no está listo para romper las reglas del juego.. Y hasta que no los sufra, el Scudetto no llegará.
