Dicen que los delanteros consiguen que vendas abonos y ganes partidos, mientras que los defensores consiguen campeonatos. Es cierto, pero generalmente nunca se habla lo suficiente sobre la extraordinaria importancia técnico-táctica de los jugadores flexibles, capaces de jugar en múltiples posiciones y, por lo tanto, de ofrecer a su entrenador una gama de soluciones tales como permitirle utilizar la forma y los esquemas ideales, sabiendo que en una emergencia puedes contar con ellos. Jugadores que, independientemente del contexto, demuestren ser funcionales y complementarios; jugadores que sepan combinar cantidad y calidad, que tengan cerebro y pulmones y que se pongan a disposición de las necesidades del equipo, más que de las propias. Jugadores como Rade Krunic.
NO ROBA EL OJO, PERO QUE ÚTIL ES
El centrocampista bosnio, nacido en 1993, no es el clásico jugador que te roba la atención. Tampoco es propietario de un inmueble (y para ser exactos, ni siquiera de un “no inmueble”), pero cuando se cuestiona lo suyo lo hace siempre con compromiso y dignidad. Incluso estando entre los mejores del campo, véase la actuación ante el Monza o la del Atalanta. Rade Krunic no es ni será ese tipo de jugador por el que la afición se sacrificará para pedir la titularidad, nunca lo fue y difícilmente lo empezará a ser a los 30 años; Sin embargo, es el tipo de jugador que, cuando no está, es un problema para el entrenador no tenerlo disponible en el banquillo. Sin jugadores así, necesariamente cambian las ideas que puede tener un entrenador durante el partido.
LA PEQUEÑA JOYA DE PIOLI
En la línea de lo que fue Emanuele Giaccarini para Antonio Conte (tanto en la Juventus como en la selección) o Danilo D’Ambrosio al otro lado del Naviglio, Rade Krunic es un jugador que conoce bien sus límites, no hace ruido en absoluto dentro del vestuario y con paciencia, humildad y profesionalidad espera su momento. En cualquier caso, sus cualidades son evidentes y están a la vista de todos: si se compara con sus compañeros, por muy dotados que sean técnicamente, probablemente no destaque en nada; pero siempre en comparación con sus compañeros, es el jugador con mayor nivel de rendimiento independientemente de la posición que ocupe: ya sea como medio, centrocampista ofensivo, extremo, delantero o incluso lateral. Krunic, cuando es necesario, es un parche que coincide con la tela que falta. Un jugador que nunca te va a dar un boom en abonos o camisetas vendidas, pero que cuando le llaman se pone al servicio de esos compañeros (que te hacen vender entradas y abonos) y que ayuda incansablemente a esos defensas capaces de hacer ganas campeonatos. A su manera, Rade Krunic también es una joya en la tesorería de Stefano Pioli y el ambiente milanés hace bien en hacerle sentir importante, porque lo es.
Por Luca Vendrame