Jura que no tuvo nada que ver con el robo, ni con ese disparo que mató a un niño culpable sólo de estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Treinta años después del asesinato de Nicolás Verdeel niño estadounidense de siete años asesinado por una bala perdida en la carretera Salerno-Reggio Calabria, francesco mesianouno de sus asesinos se declara inocente.
Lo hace con una carta enviada a Ansa desde la prisión donde está recluido. Ya ha terminado de cumplir su condena por el asesinato del pequeño Nicolás, pero sigue tras las rejas por un cargo de mafia subsanado en la investigación Maestrale por la fiscalía antimafia de Catanzaro. Esto también es infundado, afirma, a pesar de las innumerables declaraciones de sus colaboradores, que han explicado su peso y papel en la galaxia criminal de la zona de Vibo.
La petición a los jueces
“Ya han pasado treinta años, pero después de haber cumplido mi condena hasta el último día, pensé que la pesadilla había terminado. Y en cambio todavía me encuentro en prisión por una acusación infundada contra mí”, afirma sobre aquella primera. En el juicio que le condenó, informa, pidió una revisión “para que no quede ninguna sombra de duda sobre mi persona. Y lucharé por ello mientras tenga un respiro, confiando en mis valientes abogados”. Apeló a los jueces mesianos. “Espero que la justicia pueda tomar conciencia de la situación y me permita vivir una vida en paz como una persona libre como lo fui antes, dedicada al trabajo, a la fe cristiana y al respeto por los demás”.