El accidente se produjo a las 8 de la mañana, cuando, explica Sacbo, “el vuelo FR 486 de Ryanair, procedente de Barcelona El Prat con 161 pasajeros a bordo, sufrió una explosión de los cuatro neumáticos del tren de aterrizaje trasero durante la fase de aterrizaje. Los daños no se comprometieron la maniobra de aterrizaje y no causó problemas a bordo ni consecuencias para los pasajeros. La explosión del neumático provocó daños en la pista en un tramo de 450 metros de profundidad de aproximadamente un centímetro, por lo que fue necesario prever la restauración de la misma. pavimento, mediante una intervención urgente confiada a una empresa especializada, para permitir la reapertura de la pista para la operación regular de las aeronaves y una vez finalizados los trabajos de restauración del pavimento”. Cuando el neumático explotó, el avión aún se movía ligeramente y el piloto, según una reconstrucción inicial, logró contenerlo en la pista. No hubo incendios ni en los carros ni en ningún otro lugar.