CIVITANOVA MARCHE – Habría intentado extorsionar 10 mil euros a un empresario de Fermo: ayer 30 de septiembre, el ex jefe de Apulia Salvatore Annacondia conocido como “Manomozza”, que vive desde hace años en Civitanova (Macerata) después de un período en Porto San Giorgio (detenido). El hombre de 67 años fue detenido por la policía después de que la víctima acudiera a la comisaría de Fermo para denunciar el incidente. El exjefe del crimen organizado de Apulia, originario de Trani y al que se le han atribuido alrededor de setenta asesinatos, habría amenazado de muerte al empresario de Fermo para sacarle algunos miles de euros. El empresario, sin embargo, no se dejó intimidar y avisó a la policía, que se presentó en la reunión para la entrega del dinero, en Civitanova Marche.
Las investigaciones fueron llevadas a cabo por la brigada volante de la jefatura de policía de Fermo, que detuvo al exjefe. La audiencia de validación está prevista para mañana 2 de octubre ante el Tribunal de Macerata.
Annacondia, después de haberse arrepentido y haber acabado en el programa de protección, ahora concluido, vive en Civitanova con el nombre que le han dado de colaborador de la justicia. Trabaja en el sector de la restauración. El apodo de “Manomozza” deriva del accidente que le costó la mano en 1972, tras una explosión durante una operación de pesca. Después de ese episodio, y tras perder su trabajo en una obra de construcción, comenzó su ascenso criminal, primero en el contrabando de cigarrillos y luego llegando a la cima del hampa de Apulia. A principios de los 90 empezó a colaborar con la justicia, confesando decenas y decenas de asesinatos.
Las investigaciones fueron llevadas a cabo por la brigada volante de la jefatura de policía de Fermo, que detuvo al exjefe.
Annacondia, después de haberse arrepentido y encontrarse bajo un programa de protección, que ahora ha finalizado, vive en Civitanova con el nombre que le han dado de colaborador de la justicia. Trabaja en el sector de la restauración. El apodo de “Manomozza” deriva del accidente que le costó la mano en 1972, tras una explosión durante una operación de pesca. Después de ese episodio, y tras perder su trabajo en una obra de construcción, comenzó su ascenso criminal, primero en el contrabando de cigarrillos y luego llegando a la cima del hampa de Apulia. A principios de los 90 empezó a colaborar con la justicia, confesando decenas y decenas de asesinatos.