En particular, las comisiones primera y tercera, previstas para ayer por la mañana y que se ocupaban de medidas decisivas para la suerte, también económica, de los ciudadanos, quedaron desiertas por ausencia de los miembros de la mayoría. Además de la aprobación del PEF (Plan Económico Financiero) para el (deficiente) servicio de gestión de residuos, así como de las tarifas y el reglamento Tari para 2024 -para el cual el centro izquierda ni siquiera se había dado cuenta de la ampliación del plazo del 30 junio al 20 de julio, como ocurrió hace una semana; las comisiones deberían haber examinado otras dos propuestas de resolución, con vistas al próximo Consejo previsto para el 3 de julio: la primera se refiere a una modificación no especificada del presupuesto resultante de la ratificación de un consejo resolución y el segundo, relativo a la aprobación del PUMS (Plan de Movilidad Urbana Sostenible). Esto último, sin embargo, no está incluido en el orden del día del próximo consejo. Por otra parte, para otro cambio presupuestario, que se discutirá en el próximo CC, ya que es preparatorio para la aprobación del PEF y de las tarifas TARI, ¡¡no parece previsto ningún paso necesario en la Comisión!!
La Administración Bruno debería comprometerse a respetar la función institucional de ciertas instituciones establecidas e invertir en la Ciudad. Los recursos están ahí ahora pero hay que saber cómo gastarlos. El mismo Tribunal de Cuentas en su último informe del 31.12.2023 explica bien que “la tendencia positiva está fuertemente influida por la gran cantidad de transferencias y fondos recibidos en diversas capacidades del Estado” y que la recuperación del déficit “no puede ser confiados, principalmente, a rentas de carácter excepcional y extraordinario”. La capacidad de recaudación de la Autoridad y la liberación de gastos corrientes para garantizar los servicios que esta ciudad necesita está, por tanto, completamente ausente, ya que el alcalde Bruno y su mayoría cada vez más “desgastada” están demasiado ocupados asegurando y prometiendo la sustitución de los sillones; negociar futuras candidaturas al más alto nivel; escribir notas de censura hacia su Primer Ministro, firmadas por el secretario municipal y provincial del PD sentado en el consejo; intentar mantener a raya a los antiguos líderes de grupo dimitidos por un lado y gestionar, sin daños excesivos, nuevos sustitutos que sean demasiado libres para el papel; prometer departamentos y amenazar con la revocación de otros; así como una “reorganización” que, anunciada públicamente hace más de un año, junto con el nombramiento oficial del teniente de alcalde, ¡aún no se ha producido!
Uno podría preguntarse si estos siguen siendo los administradores que la Ciudad quiere y merece. Porque el arte de saber encantar con las palabras, sin que haya hechos trascendentales, puede cansar incluso a los votantes de centroizquierda más fieles y convencidos.”
Donatella Fracchiolla y Marcello Fisfola (Forza Italia) y Luigi Del Giudice y Nino Marmo (Movimento Pugliese) lo declararon en una nota.