VENECIA – “La sensación de que no existe: descalzo sobre los tejados de Venecia, sin protección alguna”. Las fotografías del fotógrafo veneciano Riccardo Roiter Rigoni…
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VENECIA – “La sensación de que no existe: descalzo sobre los tejados de Venecia, sin protección alguna”. los tiros de yo fotografío veneciano Riccardo Roiter Rigoni e La atención de Debora Gusson, investigadora cultural, ha documentado lo que podría interpretarse como la última locura, por orden cronológico, del verano veneciano que acaba de comenzar. Las fotos son emblemáticas y dicen más que muchas palabras.
Dos personas descalzas, arriba techos de viviendas, sin protección, poniendo en riesgo también su propia seguridad. Ocurrió el sábado por la noche, poco antes de las 21 horas, en la Fondamenta dei Mendicanti de Castello. Riccardo y Debora luego contaron lo que vieron y documentaron en su perfil de Facebook. “Asombro, incredulidad, perplejidad -escriben- y otros sentimientos que giran en torno a un por qué constante al que no se puede responder. La mirada es atraída por un movimiento extraño, por algo anómalo. El tiempo justo para entender lo que estaba pasando: dos personas en el tejado de una casa observan la ciudad y, acto seguido, comienzan a descender hacia elclaraboya o la terraza de la que surgieron. Ni siquiera hubo tiempo suficiente para advertir a nadie, todo duró quizás menos de un par de minutos, ante ojos incrédulos. Todo sale bien.
Preguntas sin respuesta
Sin embargo, quedan preguntas: ¿por qué la gente cree que en Venecia se puede hacer de todo? ¿Son venecianos? No creemos. ¿Salieron de un hotel? Probablemente de algún lugar turístico, ya que no parece haber hoteles en esa zona. Hay mucha perplejidad, sobre todo ante su actitud “ligera y tranquila”, visible en sus sonrisas (censuradas por nosotros por sentido común y privacidad). Estas actitudes no son nuevas: sumergirse en los canales desde las ventanas y los tejados de las casas, “bañarse” seguido de un refrescante baño en el canal entre las calles, “surfear” en la Piazza San Marco. Lamentablemente la lista es larga. No queremos alimentar polémicas, pero creemos que un Daspo o una multa muchas veces insignificante no basta para sancionar conductas que, además de poner en peligro la vida de quienes las llevan a cabo, pueden causar otros daños a terceros y también al patrimonio de la ciudad.”
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El Gazzettino