Crimen en Pescara, joven de 17 años asesinado por sus compañeros. El análisis: “Chicos sin empatía y sin referentes, como si a nadie le importara”

Crimen en Pescara, joven de 17 años asesinado por sus compañeros. El análisis: “Chicos sin empatía y sin referentes, como si a nadie le importara”
Crimen en Pescara, joven de 17 años asesinado por sus compañeros. El análisis: “Chicos sin empatía y sin referentes, como si a nadie le importara”

En los últimos días, una noticia criminal ha conmocionado a Italia: Tomás Cristóbal Luciani, 17 años, Fue asesinado de 25 puñaladas por dos menores por 250 euros en Pescara y abandonado en un parque, donde fue encontrado la tarde del 23 de junio. despues del asesinato los presuntos asesinos se fueron a nadar al mar y se deshicieron del cuchillo.

Entre los padres de los presuntos asesinos se encuentran un comandante policial y un abogado

El hecho es sorprendente en muchos aspectos: la violencia brutal, por corta edad de los responsables, por razones triviales, por lo que parece una total falta de empatía. También se conoció, según informó La republica, que los acusados ​​del asesinato serían uno el hijo de un comandante de policía y el otro de un conocido abogado.

A Enciende la alarma sobre el asesinato del joven de 17 años, quien vivía en una comunidad, pocas horas después de los hechos, según se conoció uno de los jóvenes que formaba parte del grupo junto a los dos sospechosos, tras comprender la gravedad del incidente. Parece que se trataba de una deuda de unos cientos de euros que los dos presuntos asesinos debían a la víctima por la compra impaga repetida de drogas.

“Lo que pasó en Pescara es una tragedia”. Lo dijo el alcalde de Pescara, carlo masci. “El asesinato de un jovencísimo, ocurrido presuntamente a manos de otros jóvenes, deja a uno consternado y sin palabras, cualquiera que sea el motivo y el escenario en el que se produjo el sangriento crimen. Independientemente de los motivos, que desconocemos, uno no puede morir cuando tiene toda una vida por delante, así como es absurdo que uno sea culpable de un delito tan grave. Son horas preciosas para quienes investigan y cualquier reconstrucción sería apresurada y parcial, por lo que es mejor dejar que los investigadores trabajen. Ya ha habido una primera “respuesta”, inmediata y puntual, sobre este asesinato: no tenía ninguna duda de que esto sucedería y agradezco a quienes han estado ocupados desde anoche reconstruyendo todo para cerrar el círculo. Desgraciadamente, las polémicas políticas de quienes son expertos no en seguridad sino en especulación también fueron inmediatas y oportunas y han demostrado una vez más que no pueden permanecer en silencio ni siquiera ante la muerte de un joven. Todos debemos preguntarnos sobre los límites y las carencias de nuestra sociedad en las relaciones con los más jóvenes: las instituciones, el mundo escolar, las familias deben siempre proteger y apoyar a los niños, previniendo o frenando cualquier desviación o deriva, y cuando se produzcan episodios de gravedad, está claro que debemos hacernos preguntas. Mi abrazo va para los familiares y amigos de la víctima y mi pensamiento también para los familiares de los implicados en el asesinato, abrumados por un hecho tan grave”.

“La zona gris de la sociedad”

Para comentar los hechos. Donatella Di Pietrantonio, escritor finalista del premio Strega que vive y trabaja en la zona de Pescara. “Llama la atención la indiferencia con la que se llevaron a cabo estas acciones tras el asesinato. Una falta total de empatía y comprensión de la gravedad del acto cometido”, afirmó.

“Está claro que con motivo de estas noticias emerge con fuerza este malestar entre los jóvenes que encontramos aquí en ambos lados. Por un lado, hay un chico que es frágil por su historia familiar, por la marginalidad, por haber pasado también por la realidad de la prisión juvenil. Por el otro, el malestar opuesto pero complementario de unos jóvenes que son niños en lugar de bienestar, de una clase media, pero afectados por un vacío abismal, en el que no hay espacio para el reconocimiento del otro en su interior. No tengo idea del carácter sagrado de la vida de otra persona. Y luego el crimen cometido con todos estos apuñalamientos, como si fuera un juego, una realidad virtual, casi una actuación trágica después de la cual puedes ir y hacer cualquier otra cosa, ver a tus amigos, divertirte. Como si nada hubiera pasado, como si no se hubiera roto el tabú de la sacralidad del cuerpo del otro”, es su análisis.

“Me gustaría llamar la atención sobre ese grupo de edad entre 15 y 18 años que constituye una especie de zona gris de la sociedad, donde no llegan propuestas culturales alternativas. Es como si a nadie le importaran, no tienen referentes. No son ni niños ni adultos. Son al mismo tiempo frágiles y agresivos. Quizás los veas destrozados por su novia que los abandona, pero en manada se vuelven violentos. La moda juvenil agresiva suele arraigar en esa zona. Son niños a los que les faltan piezas, tienen un yo hipertrofiado pero totalmente vacío. Donde falta la representación del otro que uno mismo”, concluyó con amargura.

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