Simpei Tominaga lucha entre la vida y la muerte pero con cada hora que pasa sus esperanzas se desvanecen. El japonés de 56 años, que vive en Italia desde niño y su padre trabajaba para una gran empresa japonesa de cine y cómics, se encuentra en coma inducido tras haber sido atacado el viernes por la noche en Udine, según informa el Corriere. della Sera. Cinco personas fueron arrestadas. El hombre, un empresario de importación-exportación, se encontraba delante de un kebab del centro comiendo con unos amigos cuando apareció un hombre ensangrentado que huía e intervino en su defensa.
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Los perseguidores, los cinco detenidos, todos ellos de entre 20 y 30 años, procedentes del Véneto, dos de origen ucraniano y uno magrebí, eran los mismos con los que había tenido una discusión poco antes. Los japoneses intentaron calmar los ánimos de los jóvenes, tratando de evitar que volvieran a golpear al hombre, pero Tominaga recibió un puñetazo y cayó, golpeándose la cabeza contra el pavimento, sufriendo múltiples fracturas de cráneo. El empresario vende muebles de Japón, donde viven su esposa y su hijo, y se fue inmediatamente para reunirse con él.
