Las papeletas, el desafío de Florencia. Hogar, aeropuerto y… animales. Funaro-Schmidt en la última votación

Las papeletas, el desafío de Florencia. Hogar, aeropuerto y… animales. Funaro-Schmidt en la última votación
Las papeletas, el desafío de Florencia. Hogar, aeropuerto y… animales. Funaro-Schmidt en la última votación

“Me quedo con este de la derecha”, dice Sara Funaro, candidata demócrata al asiento más chic del Palazzo Vecchio, frente a los dos ascensores de La Nazione. “Así que soy yo de izquierdas, todo al revés”, bromea con picardía Eike Schmidt, candidato cívico del centro-derecha, con aplomo teutónico y una lengua sarcástica manzoniana “enjuagada” en el Arno.

Unas puertas correderas casuales – justo antes del último enfrentamiento previo a las elecciones entre los dos candidatos a la alcaldía, organizado en la Sala Attilio Monti – pero sintomático de la confusión de un junio florentino pegajoso y bi-salado que en dos días pondrá lacre en el nombre del nuevo alcalde. Los dos llegaron a la segunda ronda.

Se trata de Sara Funaro, del Partido Demócrata (con Verdi Sinistra, Azione y +Europa) que, pagando el precio de una Florencia fatigada por el TAV y las obras de tranvía, abollada por la delincuencia, con ladrillos drogados por el exceso de turismo y por un ‘tafazziano’ La fragmentación de la izquierda (IV, las 5 Estrellas y, además de la izquierda radical, también la recién formada Florencia democrática de la concejal defenestrada Cecilia Del Re) – alcanzó sólo el 43% de los votos. Diez puntos por detrás está Eike Schmidt, apoyado por el compacto centro-derecha y tras la primera vuelta por una animada lista cívica ‘RiBella Firenze’.

Las previsiones son favorables a Funaro para un probable reagrupamiento de la izquierda, pero el juego no ha terminado también porque votaremos mañana y el día 24, día del santo patrón San Giovanni, y el abstencionismo es variable.

En comparación, presionados por las preguntas del subdirector Luigi Caroppo, de la reportera jefe Erika Pontini y de un grupo de periodistas políticos, los dos (re)tocaron los temas más candentes del momento: seguridad, aeropuerto, infraestructura y, sobre todo, emergencias domésticas. Para luchar contra los pequeños delitos, Funaro vuelve a pedir “200 nuevos agentes de Roma”, pero también propone “trabajar en favor de las estructuras culturales y sociales”, mientras que Schmidt quiere una “presencia fija en las Cascinas junto con ofertas culturales y deportivas”.

Ambos son partidarios de la nueva pista de Peretola, pero con enfoques ligeramente diferentes: “Hay que hacerlo porque hay muchos ciudadanos que tienen aviones pasando por encima de sus cabezas cada día y estoy convencido de que, además del turismo, el aeropuerto también tiene una función para la artesanía y la fabricación”, afirma Funaro. Para el competidor Peretola “debe ser principalmente un ‘aeropuerto de negocios'”. La vivienda es un tema candente. En la ciudad, los alquileres se están disparando, hasta el punto de que estudiantes y trabajadores desisten de trasladarse a las orillas del Arno. Para el candidato demócrata, la solución es “regular los alquileres de corta duración”. Schmidt, por su parte, pide “más espacio habitable” que se pueda encontrar “en los numerosos lugares abandonados de la ciudad”.

Entonces el ex director de los Uffizi, amante de los animales, se saca de la chistera una propuesta sorpresa, sin duda apreciada por muchos florentinos que, según el registro, poseen más de treinta mil perros: “Me gustaría crear un hospital veterinario municipal, especialmente para los animales que no tienen amo.” Funaro también se muestra sensible al tema: “En la ciudad tenemos 52 parques para perros y si soy alcalde los seguiré construyendo”.

En Florencia ha habido disputas desde el principio de los tiempos sobre carreteras y obras de construcción. La ‘zona 30’ es la última innovación que ha recreado una vez más las facciones güelfas y gibelinas. Funaro lo apoya (“Se debería hacer mirando zona por zona donde hay que intervenir pero no en toda la ciudad”) pero admite que los atascos son un gran problema y asegura: “Si gano tendré un asesor para la gestión y coordinación de obras y gestión del tráfico”.

Schmidt finalmente vuelve al botón del ‘Escudo Verde’, una medida que prevé la prohibición de los motores diésel más antiguos en la ciudad a partir de 2025. “Estoy totalmente en contra”, afirma.

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