parece un terremoto, es una bola de fuego

Florencia, 21 de junio de 2024 – 16:29 de un jueves de junio caluroso y bochornoso: un rugido sacude una rodaja de toscana. Prácticamente casi toda la costa, desde el archipiélago, en primer lugar la isla de Elba, pasando por la costa de Grosseto, la costa de Livorno, la costa de Pisa hasta Versilia. ¿Pero qué fue? La explicación más probable proviene de Marco Morellidirector de la Fundación Parsec que gestiona, entre otros, el Instituto Geofísico de Toscana y el Museo Italiano de Ciencias Planetarias: “Un bola de fuegoun fragmento de un asteroide que se desintegró en la atmósfera terrestre y generó una gran cantidad de energía”. Quizás rompiéndose por completo, quizás perdiendo algún pequeño trozo de roca extraterrestre en el mar frente a la costa de Toscana.

Mientras las redes sociales se vuelven locas, con cientos de comentarios desde muy diversos lugares informando de casas temblando y de ventanas vibrando, unos veinte minutos después del ruido espantoso llega el mensaje del Presidente de la Región: Eugenio Giani. “Un terremoto en Elba”, escribe en Telegram, pero muchos señalan que el INGV no informa de ningún terremoto y, de hecho, al cabo de un tiempo Giani se retracta. ¿Un boom sónico, dado que la base del Eurofighter está en Grosseto? No, la zona en la que se percibió la explosión era demasiado grande y posteriormente el Ejército del Aire (denunciado por el propio Giani) negó que se hubiera superado la barrera del sonido.

La explicación posible y más probable proviene, por tanto, de la fuente autorizada del Instituto Geofísico Toscano-Fondazione Parsec, que cruzó los datos con los del INGV y la Universidad de Florencia. En el informe basado en los datos recogidos por el Dr. Andrea Fiaschi se lee: “A las 16.29, la estación sismo-acústica instalada en el campo deportivo de Seccheto, en Campo nell’Elba, registró una señal sísmica acústica muy fuerte”.

El impacto de la bola de fuego en la atmósfera habría liberado mucha energía: los cálculos han identificado la fuente de la señal al sur de la isla de Montecristo. La señal detectada en Elba es diez veces mayor que los fenómenos registrados anteriormente y se desplaza a 400 metros por segundo, “saturando los sensores infrasónicos – continúa Marco Morelli – y produciendo una señal sísmica registrada tanto en la isla de Elba como en las estaciones del red nacional INGV”, hasta el punto de que también se habría detectado en el Valle de Aosta.

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