Noemí Spena, el “corazón” del voleibol en su Caltanissetta natal

Creo que a menudo no se da cuenta de lo fuerte y decidida que es. No se da cuenta de cuánto el deporte la ha moldeado por dentro. No se da cuenta de cómo pudo transformar las dificultades de la vida en partidos largos e interminables en el quinto set, donde la energía siempre cuenta. Donde ganan los que nunca se rinden.

Y, en el momento decisivo, siempre emerge Noemí Spena, con el último éxito, el del ascenso de Traina Albaverde al voleibol B1. La de una empresa, de una ciudad, de un equipo. Desde que empezó a jugar al voleibol siempre ha estado acompañada de un talento cristalino. Nacido para encantar, Sería el título perfecto para una película. Porque Noemí pudo abrazar la vida, con la fuerza de una familia sana. Papá y mamá siempre están alegres, siempre son acogedores y siempre están presentes en el campo para animar a su hija.

Los valores siempre la han convertido en la persona admirada por todos. Sin embargo, siempre la han invadido las dudas, tal vez para no tocar el cielo con un dedo. Siempre ha puesto su corazón por delante de su familia, como barrera y protección de ese cuadro que nos pinta la vida, compuesto de altibajos. Ma-Ma – Maurizio (Di Grande, también junto a ella en el gimnasio, un amor nacido en las canchas de voleibol: fue uno de los directores más fuertes de la Serie B) y Matteo – siempre han sido sus joyas. Ese motor para vivir y luchar cada día.

Después de todo, ella lo observa todo. Mirar. Otear el horizonte. Se nutre de los colores de la vida incluso cuando necesita estar en silencio, escuchar música, romper con la vida cotidiana. Viviendo sus silencios. Porque incluso estos hacen ruido por dentro. No, ella está ahí. Mamá, esposa y jugadora.

Cuando el público de Traina Albaverde, recién ascendida a B1, la anima, cuando Vincenzo… forma parte de los seis titulares, Noemí entra en modo de batalla deportiva. Dispuesto a vivir cada momento, dispuesto a animar y transmitir confianza, especialmente a los más jóvenes.

Llegará el día en que diga basta y será un día triste para todos. Noemí nació para encantar. Noemí hace que todo sea más bonito. Noemí enriquece a esos pequeños fans que la siguen desde la grada. Todo podría cerrarse. Ella lo decidirá. Ahora es el momento de festejar. Su Cielle está en B1, está en la historia. La gran familia Albaverde lo hizo.

No fue fácil recuperarse de la decepción del año pasado. Ni siquiera para ella. La historia celebra la pasión y la perseverancia, la calidez de una ciudad. Mirando hacia atrás, hoy Noemí ganó otro desafío, 15 años después de Syracuse. Todavía allí, creyendo en aquel sueño de niño, que comenzó en Caltanisseta, se hizo realidad, en Modica (4 años), de la mano de Corrado Scavino (también ganó en Siracusa y Gela con el entrenador modicano ed.).

Un sueño que aún brilla, después de haber jugado, sin ningún orden en particular, en Aragona, Castelfidardo, Modica (segunda experiencia en B1), Siracusa, Tremestieri, Marsala, Pontecagnano, Gela, nuevamente Siracusa, Holimpia, Augusta hasta hoy. Hasta su regreso a Caltanissetta, a Traina Albaverde.

Porque ganar en casa hace que todo sea más especial. Y ganar nunca es fácil. El cuento de hadas con final feliz.. “¿Qué hago, parar?”. “No… querida, mientras tengas la fuerza de sonreír y ser un ejemplo para todos, el voleibol te necesita”.

No mires atrás Spena. Sigue subiendo rápido, temprano. Sigue diciendo que todavía estás ahí y que quieres soñar despierto. Así es la vida al lado de esa red, compañera de muchas batallas. Este es Spena, un director con licencia para encantar.

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