“Cuestión moral en Génova. Ancona, ¿estamos a salvo?”

Es un momento cuanto menos difícil para Liguria, tan fuertemente implicada por investigaciones que golpean el corazón de la institución regional: un tsunami que azota en particular el puerto de Génova.

Algunos se preguntan: ¿se trata de casos aislados de mala conducta? ¿Bubón explotado en un cuerpo sustancialmente sano? ¿O, más bien, una señal de un sistema enfermo, de una mala praxis generalizada?

La cuestión moral no resuelta surge de manera contundente, debido al entrelazamiento cada vez más profundo entre el emprendimiento rapaz, los asuntos indescriptibles y la política. Estos últimos con figuras de dignidad que parecen menguar, desprovistas de brújula y valores; lo que distancia a las personas en lugar de involucrarlas, lo que conduce a una falta de participación y control desde abajo, además de impedir que los ciudadanos participen en la determinación de opciones compartidas y transparentes. De lo contrario, acabaremos siendo presa de poderes y grupos de presión fuertes.

¿Estamos libres de ello?

Para responder a la pregunta y preocuparnos por el estado de nuestros anticuerpos, recuerdo una entrevista -cuando menos chocante- concedida hace más de cinco años al fiscal general de Ancona, Macrì. Calificó la zona de Ancona como presa de mafias y corrupción, con la sabia dirección de la masonería. ¡Y definió el sustrato social como “podrido”! El entonces vicepresidente emérito del Tribunal Constitucional, Paolo Maddalena, que se encontraba en la ciudad para una conferencia, añadió: “Entre las causas de la degradación, las privatizaciones, la venta del territorio, la subordinación de la política a los intereses de los lobbies, no de los los ciudadanos.” Era el año 2016. ¿Hoy en qué contexto nos movemos? ¿Cuáles son las condiciones actuales de ese “sustrato social”?

Creo que fuerzas sanas, las mejores energías, deben afrontar esta grave emergencia. Para ser claros, la cuestión relativa al gobierno de las ciudades, y la nuestra en particular, es un tema muy delicado. Ser tratado con cuidado, confiado a personas serias, competentes, dispuestas a comprometerse de forma transparente y desinteresada, a ponerse al servicio de los ciudadanos, convirtiéndolos en protagonistas activos del cambio necesario. Un cambio acorde al dictado constitucional.

Ancona es una ciudad que necesita repensarse para mejorar la calidad de vida. Sobre la mesa, temas importantes: desarrollo y sostenibilidad, derecho al trabajo, educación y cultura. El Plan General de Urbanismo. El aprobado hace años tenía una idea de la ciudad que hoy, lamentablemente, tiene que hacer frente a un fuerte descenso demográfico. Marco que impone opciones coherentes, adecuadas, innovadoras, al menos atentas al consumo de suelo y a la construcción.

Filt Cgil informó ayer de la decisión de transformar la estación marítima en un aparcamiento en lugar de reconsiderar su apertura: un sistema eficaz para llegar al centro de la ciudad reduciendo el transporte privado.

La cuestión de Oporto vuelve a estar en primer plano, siendo verdaderamente central. No es casualidad que este haya sido también un tema prioritario durante la última campaña electoral, en la que la candidata Simonella fue derrotada y luego renunció a su escaño en el consejo para ocupar un puesto directivo -algo inaudito- en una de las logísticas más importantes. compañías.

Un tema, por tanto, de vital importancia.

Recuerdo el plan de los años 70. Puerto interno y eje equipado para rápida conexión entre los muelles. No puedo decir si la idea, ese Plan Maestro Portuario, en torno al cual se desarrolló la ciudad -pensemos en los nuevos barrios construidos en esa dirección- responde a las necesidades actuales. Sin embargo, hay que afirmar con certeza una cosa: no se pueden privilegiar únicamente los intereses privados. Cómo construir el muelle de Molo Clementino para el atraque de grandes cruceros, poniendo en riesgo el medio ambiente y la salud pública. ¡El bien común! El artículo dice. 41 de la Constitución: la actividad económica no puede realizarse en conflicto con la utilidad social o de forma que cause daños a la salud, el medio ambiente, la seguridad o la dignidad humana.

Aquí es donde debe descansar la mirada de la política. Conscientes de que camina inevitablemente sobre las piernas de hombres y mujeres que a menudo se dejan distraer por las ambiciones, el éxito y el dinero. Y poder. Razones que requieren transparencia, implicación, participación. Razones que exigen una adecuada atención y compromiso por parte de todos los anconenses.

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