CATANIA – Fue dado de alta con buen estado de salud, pero un bebé recién nacido arriesgó su vida tras ser ingresado en el hospital Cannizzaro de Catania a los 15 días tras contraer tos ferina. El niño tenía graves dificultades respiratorias causadas por ataques prolongados de tos, lo que a su vez provocó una mala oxigenación (hipoxia) y problemas de alimentación. Las pruebas resaltaron la infección por Bordetella Pertussis, una bacteria altamente difundible a través del aire y capaz de mantener los síntomas durante mucho tiempo más allá de la erradicación.
“La tos ferina es una enfermedad particularmente grave en el primer año de vida, potencialmente mortal en el primer mes, caracterizada por una fase catarral y una fase convulsiva, y debido a la dificultad respiratoria en los recién nacidos, generalmente también puede causar daños cerebrales permanentes y otros complicaciones”, explica el doctor Pietro D’Amico, director de Neonatología de la UOC. “Además, en caso de hospitalización, la extrema contagiosidad de la enfermedad exige el aislamiento del paciente de tos ferina y, por tanto, supone una carga para todo el departamento, que acoge principalmente a recién nacidos prematuros o frágiles con problemas de nacimiento. En este caso, el niño estuvo hospitalizado en aislamiento durante aproximadamente dos semanas, durante las cuales recibió tratamiento antibiótico y soporte ventilatorio y nutricional parenteral. El mensaje que se desprende de esta circunstancia – concluye D’Amico – es adherirse a la vacunación contra la tosferina, propuesta activamente en Italia a los dos meses de edad desde hace unos 30 años y obligatoria desde hace algunos años. Incluso durante el embarazo, se recomienda una dosis en la semana 27 y se ofrece a las mujeres embarazadas en los cursos de preparación al parto”.
