La asistencia sanitaria toscana mejora según el “objetivo” del laboratorio Sant’Anna Mes

La asistencia sanitaria toscana mejora según el “objetivo” del laboratorio Sant’Anna Mes
La asistencia sanitaria toscana mejora según el “objetivo” del laboratorio Sant’Anna Mes

Más flechas en el objetivo, lo que construye cada año el Laboratorio de Gestión y Sanidad de la Escuela de Estudios Avanzados Sant’Anna de Pisa y que resume las fortalezas y debilidades del sistema sanitario de la región. De la jornada de reflexión con responsables y representantes institucionales que tuvo lugar esta mañana, jueves 16 de mayo, en el centro “Il Fuligno” de Florencia, se desprende que la sanidad toscana ha mejorado en 2023 respecto al año anterior, con un crecimiento estable o superior indicadores numéricos de lo sucedido en 2022. Sobre todo, mejoran valores e indicadores importantes y de peso que siempre han sido críticos.

Ciertamente no faltan las dificultades, como dice el concejal para el derecho a la salud en su saludo inicial, y hay más de un desafío abierto: el problema de los recursos insuficientes asignados a nivel nacional y que no tienen en cuenta la inflación y el consiguiente aumento de costes, la sostenibilidad del sistema sanitario público universal, la innovación organizativa que se implementará para responder a las nuevas necesidades sanitarias de una población distinta y que cambiará en su composición demográfica, las listas de espera, la idoneidad que no sólo Se refieren a la prescripción de medicamentos y pruebas diagnósticas, pero también a la idoneidad de los itinerarios, con el objetivo de organizar y planificar los más adecuados y con menos cuellos de botella y menos tramos difíciles, empezando por las personas mayores y los enfermos crónicos. El desafío también es reducir los elementos de variabilidad, para lograr un crecimiento generalizado y respuestas homogéneas de todo el sistema.

Dicho esto, en la jornada que reúne y resume los primeros resultados de 2023, hay mejoras. Alrededor de dos tercios de los 235 indicadores mejoraron o permanecieron estables. Y en cualquier caso hay muchos que muestran un rendimiento bueno u óptimo.

Por ejemplo, los tiempos de intervención se acortan en el caso de una fractura de fémur, donde ser más rápido y oportuno aumenta la probabilidad de una recuperación completa, incluso en el caso de sujetos de edad avanzada. Los porcentajes de intervenciones realizadas en los primeros días, dentro del objetivo óptimo, superaron por primera vez el 80 por ciento. Siguiendo con la calidad y seguridad de la atención, en general la gestión del riesgo clínico parece positiva y los datos sobre altas voluntarias de la hospitalización a nivel regional son buenos y estables.

Los datos también muestran que la conexión entre el hospital y el territorio está mejorando y que las inversiones en cuidados intermedios y de transición están funcionando. Según Sant’Anna, todavía hay margen de mejora en la idoneidad médica y diagnóstica: de hecho, del análisis surgen pruebas y tratamientos potencialmente evitables o inapropiados. En cuanto a los medicamentos, hay un mayor uso de antidepresivos que en el resto de Italia, mientras que el uso de analgésicos en la zona es todavía limitado.

Un elemento positivo es que se han reducido las cesáreas y se han realizado con mayor prontitud las cirugías oncológicas, gracias al trabajo realizado en materia de cribado, prevención y diagnóstico precoz pero también fruto de los avances de la ciencia. Aún bajo, pero en recuperación respecto al año pasado, es el volumen de actividad física adaptada, útil para promover estilos de vida saludables entre las personas mayores. También es necesario mejorar los tiempos de espera en urgencias en los casos en que la visita se convierte en hospitalización: para cuatro de cada diez pacientes pasan más de ocho horas.

La tasa de mortalidad por suicidio a tres años también está creciendo y casi regresa a los niveles anteriores al Covid. En cuanto a las listas de espera, la ESM Sant’Anna registra un aumento de los servicios ambulatorios ofrecidos (las visitas y los exámenes son mucho mayores que en 2019), pero los tiempos de espera siguen siendo críticos. Sin embargo, las señales con respecto a los ingresos por cirugía electiva son positivas.

En el frente de la digitalización, mientras la Región espera la adopción de la plataforma regional que será la misma para todas las regiones, las televisitas y las recetas digitales parecen estables: las televisitas de cardiología están creciendo. Último capítulo: el uso de los fondos del Pnrr. Se han iniciado aproximadamente el 80 por ciento de las obras previstas en Toscana. En cuanto a la reforma sanitaria territorial, la enfermera familiar y comunitaria ya es una realidad en el 90 por ciento del territorio toscano: en promedio una enfermera por cada 3.253 habitantes, en línea con la norma nacional.

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