Osteria la Briciola en Tívoli

yoOsteria la Briciola Nació en Tívoli en 2010 por Enrico Magnanti quien decide traer una idea de cocina tradicional pero enriquecida con un toque de modernidad a la antigua y evocadora ciudad latina, a tiro de piedra de Roma.

Enrico, nacido en el 61, además de chef y restaurador, es también un estimado profesional y apasionado de los vinos y aceites: en realidad es sumiller y catador de aceites. La suya es una pasión que comenzó cuando era niño, cuando después de la escuela pasaba las tardes en las cocinas de los restaurantes. Una pasión familiar que nunca ha dejado de lado, a pesar de su carrera como aparejador que inició y continuó durante 20 años. El amor por la cocina encontró espacio y concreción con una idea nada habitual en el momento de la apertura: volver a proponer platos tradicionales en una perspectiva deconstruida y renovada. Una idea ambiciosa y sentida para realzar el sabor del pasado y embellecerlo con el presente, pasando por las manos del chef autodidacta Enrico. Nuevas técnicas, desde la baja temperatura hasta el aceite de cocina para potenciar ingredientes de primera calidad.

La carta es una gesta de la tierra y el mar con un único hilo conductor: nada de productos congelados, ¡todo es fresco del día! A esto se suma la estacionalidad de las materias primas que cambian en función de su mejor época natural de producción. En la cocina Enrico puede contar con su brazo derecho Alessandro Cicchetti, un joven chef de treinta años, que lleva 10 en el equipo. Comienza con una cocción de calidad y rica canasta de pan y variado entre los clásicos bocadillos calientes, con sésamo, amapola y pipas de calabaza, pan brioche,etc. Podrás elegir entre el menú a la carta y las propuestas de degustación (tanto de marisco y tierra como opción vegetariana): 3 o 5 platos. Ideal para familias pues el menú para los más pequeños (un primer plato, un segundo plato y un postre a elegir).

El menú se abre con aperitivos, entre los que destaca el tartar de scottona punta de cuchillo con hojuelas de champiñones y Salina cucunci; El alcachofa en doble consistencia, relleno y crema; el estupendo marisco crudo (ostras, crustáceos, carpaccio y tartar); Colas crujientes de gambas con calabacines en juliana. Luego pasamos a primeros platos como cappellacci rellenos de costillas de cerdo con fondue de parmesano; Spaguettone “Vicidomini” al estilo mediterráneo con tomates Piennolo DOP y hierbas aromáticas; raviolis rellenos de gamba rosa de Ponza, burrata y pistachos verdes de Brontë DOP; Pacchero fresco con mariscos “bonne femme”. Los segundos van desde picaña asada con reducción de mirto y puré de papa, hasta filete de ganso con pimiento verde con sabor a naranja, con grelos; entre los segundos del mar en cambio lubina asada aromatizada con limón, con espárragos, aceite y limón o pulpo asado sobre salsa de berenjena, Ensalada de hinojo y menta con pommes parisienne. Una particularidad del menú es que se puede replicar en versión sin gluten pero también vegetariana.para incluir y satisfacer los gustos y necesidades de todos.

Al final, la jovencísima y talentosa chica entra en escena. Pastelera Francesca Iacobelli que firma los platos dulces, partiendo del helado artesanal. Luego están las esferas de tiramisú con chocolate blanco, fresas y regaliz; café blanco y negro con chocolate blanco, negro y café; milhojas con crema de ricotta de búfala y frutos rojos. Finalmente, el encuentro dulce: ron, chocolate amargo y naranja. En definitiva, una dirección donde todo es casero, desde el pan, desde la pasta fresca hasta el helado. La atención a una propuesta de altísima calidad es máxima y pasa también por la carta de vinos que contiene. 400 etiquetas entre vinos naturales, vinos de postre, vinos por copa y etiquetas nacionales y no nacionales. La lista de más de 150 bebidas espirituosas es interesante, al igual que la lista de aceites. En el comedor, Enrico acompaña al cliente en la elección del vino más adecuado. Una vez finalizados los preparativos en la cocina, le encanta asesorar a los invitados, deleitándolos con su amoroso conocimiento del vino. Por lo tanto, atención al detalle pero también mucha investigación y selección.. La habitación recuerda claramente las estancias de un hogar cálido y acogedor con sus estanterías a la vista, sus sofás y sus luces tenues. Ambientes no demasiado amplios y decididamente relajantes con un toque de elegancia para una acogida de aproximadamente 40 invitados quien cuando hace buen tiempo puede disfrutar de una terraza con vista de las colinas verdespara hacer la experiencia de quienes llegan alOsteria la Briciola.

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