‘Al final de la noche – Viaje al lado oscuro de la Turín del siglo XIX’ estrenada en el cine de los Hermanos Marx

‘Al final de la noche – Viaje al lado oscuro de la Turín del siglo XIX’ estrenada en el cine de los Hermanos Marx
‘Al final de la noche – Viaje al lado oscuro de la Turín del siglo XIX’ estrenada en el cine de los Hermanos Marx

Al final de la noche – Viaje al lado oscuro de la Turín del siglo XIX llega –justo en la lluviosa Turín del último mes– en preestreno, al cine Fratelli Marx.

El docufilm, producido por la Fundación Vittorio Bersezio y realizado con el apoyo de Film Commission Torino Piemonte, está dirigido por Michele Burgay. También cuenta con la participación del historiador y periodista Gianni Oliva y de la participación extraordinaria de Alex Belli Y Delia Durán.

Se trata de recorrer un período histórico específico de Turín que acababa de perder su papel de capital del Reino (en favor de Florencia), con un salto atrás de unos ciento cincuenta años. El punto de apoyo de la narrativa sigue siendo el estudio de las formas de delincuencia que impregnaban el tejido social de esos años, facilitadas por un clima más general de pobreza y degradación.

Un viaje en el tiempo, que es ante todo diálogo

Al final de la noche pone en escena un viaje en el tiempo de ciento cincuenta años de duración. Es decir, desde que Turín, en 1865, perdió su papel de capital y comenzaron a aparecer en la ciudad formas particulares de violencia, crimen y pobreza.

Los protagonistas de este viaje para descubrir el Turín del siglo XIX son Vittorio Bersezio (fundador de “La Gazzetta Piemontese”, que luego se convirtió en “La Stampa”), interpretado por Roberto Accornero, y su amigo Domenico Cappa, además de mariscal de la Guardia de Seguridad Pública. Este último interpretado por Mario Brusa. Gracias a su colaboración pasada y su diálogo, en los espacios actuales de “La Stampa” cobra vida el docufilm, que permite a los espectadores mirar hacia otras vidas, pero con la ciudad de Turín como telón de fondo.

Historias de violencia: la leyenda de la “Bela Caplera”

Al final de la noche cuenta historias de violencia sufrida y causada, no con una intención crítica, sino con un deseo narrativo e investigativo. Nos centramos en diversas expresiones de violencia, como la formación de pandillas (llamadas pandilla), sus principales protagonistas y nuevas formas de agresión, como los “crímenes de palo”. En efecto, hasta ese momento los bajos fondos piamonteses sólo habían utilizado el cuchillo. Una ferocidad que va constantemente acompañada de dificultades económicas, familiares y sociales: casi siempre son historias de abandono, miseria y desesperación.

Como la historia de la “Bela Caplera”, cuyo verdadero nombre era María Bel. Ella, una joven prostituta, se convirtió en protagonista, junto con su amante, del asesinato de otra prostituta, tras una dura disputa. El castigo, fechado el 28 de febrero de 1807, fue muy duro para ella: pena de muerte en la guillotina. La sentencia se materializó en la Piazza Carlo Emanuele II, comúnmente conocida por los turineses como “Piazza Carlina”. La belleza de la mujer y la severidad de la sentencia insertaron a este personaje en el imaginario colectivo de la ciudad, propiciando el nacimiento de las más dispares leyendas.

¿Qué pasó con las “fortunas magníficas y progresistas”?

Después de un salto al pasado, Al final de la noche, regresa al presente, como se mencionó anteriormente, en los espacios actuales de “La Stampa”. Aquí Bersezio y Cappa conversan, recuerdan los años de su colaboración y recuerdan acontecimientos pasados. Se suma así un tercer personaje, que sólo dialogará con Bersezio: se trata de Massimo Giannini, actual director de “La Stampa” (en el momento de realizar el docufilm).

El objetivo es propiciar un encuentro -especial y apasionante- entre presente y futuro, en un espacio de reflexión participativa. ¿Qué ha cambiado de ayer a hoy? La violencia sigue ahí, las guerras también y el crimen también. Los hechos humanos, aunque mantienen su especificidad individual, incluso temporal, son más o menos siempre los mismos. El mundo ha cambiado, por supuesto: la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, pero no ha cumplido algunas promesas, como, por ejemplo, la consecución de una verdadera igualdad social.

Al final de la nochesegún palabras del director Michele Burgay presente en la sala, por lo tanto, plantea una pregunta abierta. Dirigida al espectador:

“Frente al progreso tecnológico, ¿a qué nivel se encuentra el progreso humano? ¿Existe?”

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