Maxi tráfico de hachís, once detenidos – Teramo

TÉRAMO. El tráfico de hachís en manos de menores: piedra angular del mercado de la droga entre los más jóvenes, pero no sólo, en la Piazzetta del Sole, en la orilla del río Vezzola, entre Piazza Garibaldi y los jardines de Piazza Nassyria, en Piazzale San Francesco . La geografía de la venta de sustancias estupefacientes, contada a través de escuchas telefónicas, grabaciones de vídeo e imágenes captadas por sistemas de videovigilancia públicos y privados, es el telón de fondo de 14 órdenes de custodia cautelar: 11 ejecutadas en la madrugada de ayer entre prisión y arresto domiciliario, 3 aún por cumplir completado ya que no se pueden encontrar los destinatarios. Después de un año de investigaciones, 8 personas de Teramo, ciudadanos marroquíes y africanos, terminaron en la maxi operación llevada a cabo por los Carabinieri (todos estos últimos en regla con su permiso de residencia). Entre los detenidos se encuentra un joven de 17 años, también de Teramo. La acusación controvertida es la de tráfico de drogas: de momento para todos es la hipótesis de un delito que, naturalmente, deberá ser probado en cualquier proceso judicial.
EL PAPEL DE LOS MENORES
EN LA TIENDA
Porque en la minuciosa reconstrucción llevada a cabo por los Carabinieri de la sección operativa de la empresa Teramo es el papel de algunos menores el que marca la diferencia. Según la acusación – ilustrada por el fiscal Stefano Giovagnoni (titular del expediente), por el comandante provincial de la fuerza, coronel Pasquale Saccone y por el comandante de la compañía teniente coronel luigi vaglio – eran ellos quienes compraban la droga, en algunos casos a ciudadanos marroquíes, y luego la vendían a algunos norteafricanos para su posterior comercialización al por menor, especialmente en la zona ribereña del Vezzola. Y es precisamente a partir de la detención de otro joven de 17 años, que en marzo del año pasado fue sorprendido con casi seiscientos gramos de hachís, que comenzaron las primeras investigaciones. La gran cantidad encontrada en su poder despertó sospechas. A esto se suman las investigaciones iniciadas tras los controles realizados cerca de numerosos edificios escolares de la capital. Y en el transcurso del año pasado, particularmente entre marzo y octubre, hubo diez arrestos con las manos en la masa. En total, desde el año pasado hasta hoy, se han incautado más de seis kilos de hachís. La cocaína también estaba en el mercado, pero en cantidades significativamente reducidas. Y ayer por la mañana la policía hizo una redada también en L’Aquila en un apartamento de Torrione: los militares buscaban a uno de los destinatarios extranjeros de la medida. por tal motivo allanaron las viviendas de dos estudiantes.
LA PALABRA CLAVE
ERA “CAFÉ”
La contraseña utilizada para las reuniones fue “Café”. Y las citas se concertaban principalmente a través de canales online: mensajería, diversos tipos de plataformas. Según la fiscalía, se documentaron múltiples actividades de tráfico de drogas en Piazza San Francesco, junto al río Vezzola, Piazza Garibaldi, los jardines de Piazza Nassiriya y Piazzetta del Sole. realizó numerosas ventas a diversos clientes, en su mayoría menores de edad, que acudieron a los lugares establecidos durante los contactos en las distintas plataformas online para adquirir los medicamentos acordados.
LAS DROGAS VENDIDAS
EN MUY CORTO TIEMPO
Hay un detalle que la Fiscalía de Teramo (la Fiscalía de Menores procede con los menores implicados) destaca varias veces en los documentos que acaban en la mesa del juez de instrucción Marco Procaccini que aceptó las solicitudes de custodia: la existencia de una actividad de tráfico de drogas organizada por un grupo de ciudadanos marroquíes con la colaboración de menores de Teramo capaces de obtener con gran facilidad grandes cantidades de hachís y venderlas en tiempo real a un gran número de compradores muy jóvenes. Un escenario que la Fiscalía no duda en definir como “poco tranquilizador”, caracterizado sobre todo por la presencia de jóvenes cuya principal preocupación diaria es, en un caso, vender drogas y, en otro, comprarlas para consumir en el mercado. compañía de sus pares. Las investigaciones no se detienen y continúan identificando canales de suministro ascendentes que podrían abrir nuevos escenarios en el panorama del mercado local de narcomenudeo.
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