Bari: una cuenta siempre abierta

Contra el Bari nunca será un partido normal para Ternana. Es decir, jugar contra un equipo grande en el campeonato de la Serie B siempre es una buena prueba. Pero Bari aún más. Bari trae consigo mil emociones (LEER AQUÍ), para que vuelvan a estar en la mente de todos, siempre que sea necesario. Bari te transporta al pasado y te vuelve loco con sus montañas rusas.

Ir a Bari por Ternana casi siempre era un fastidio. Pero los (pocos) son rojo-verde en la memoria (reciente). Bari significa el descenso de 2001, quizás el más amargo, porque el más inesperado, el enojado. Aquel en el que todavía no se puede entender cómo fue posible perder ese partido en el que todo lo que podía salir mal salió mal en un contexto que también mantuvo ocupada a la justicia italiana y que hizo sangrar amargamente a toda la ciudad.

Bari trae consigo el increíble ascenso de 2021, 20 años después. Donde en el doblete Bari fue aniquilado y sacó tantos puntos en la clasificación que ya en el partido directo (ganado por Ternana) se habló de ascenso virtual (fue a mediados de marzo).

El Bari se lleva consigo los playoffs de unos meses antes, donde Ternana con 10 hombres vendió cara la vida.

Bari trae consigo muchos kilómetros y otras tantas decepciones. Trae consigo una serie de interminables ex que han coloreado la historia de rojo-verde (o rojo-blanco). Pero quedándonos con nosotros, llega de Bari uno de los jugadores más talentosos de los últimos años (Partipilo, que hace poco dijo que esperaba la salvación del Bari: pero mucho antes de los playoffs, intenta hacerle la pregunta ahora, si responde… ). Desde Bari llega el capitán por excelencia de los últimos años: Marino Defendi, que marcó uno de los goles más importantes de la historia de los rossoverde contra el Bari. Uno de los atacantes rojiverdes más queridos se fue a Bari (para escribir un pedacito de su historia): Mirco Antenucci. Etcétera.

Ternana-Bari nunca será un partido como los demás. Te trae emociones y sensaciones encontradas. Frío caliente, dulce salado, alto bajo, dolor y éxtasis. Y pensar que habrá otro capítulo de esta saga exactamente con las mismas características hace que la adrenalina de la ciudad suba aún más.

No es que contra el Ascoli hubiera sido diferente (ya que habría sido medio derbi), pero con el Bari hay que quitarse de encima algunos recuerdos y aferrarse a otros. No hay que pensar en este campeonato, por ejemplo, sino en los anteriores.

Bari recuerda la celebración y las lágrimas. Y esta vez será lo uno o lo otro.

Ya hemos derramado suficientes lágrimas, ante sus ojos. Ahora sería el momento de intercambiar roles.

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