Esposa e hijo acuerdan pena de 2 y 3 años por malos tratos

«Si robas pan… debes morir». Su esposa y su hijo le hablaron sólo por ofenderlo con frases como esta, golpearlo, acosarlo como a un esclavo, encerrarlo fuera de la casa junto con el perro. Y él, un setenta añosNo quiso denunciarlos hasta que intervino la policía, provocada por la denuncia de un vecino. A historia turbiaque hace un año, a principios de mayo de 2023, causó sensación y que ahora llega al inevitable veredicto tras el juicio abreviado.

El hijo de 22 añosquien inmediatamente después de que se le prohibiera acercarse a menos de cien metros de la casa de su padre, se había disculpado ante el juez de instruccióny el madre, 65que en ese momento no había dado señales de arrepentimiento, no tuvo más remedio que llegar a un acuerdo en la sala del juez Sergio Compagnucci. Dos años para él y tres para ella por las lesiones y malos tratos infligido a un anciano indefenso, tan decidido a salvar el honor de la familia que se lo guardó todo.

El caso causó sensación cuando otro juez de instrucción, Marco Mezzaluna, les impuso a ambos, a petición del fiscal Giampaolo Melchionna, la medida cautelar de prohibición de aproximación. Los hechos, sin embargo, son un poco más antiguos y se remontan al invierno de 2022, durante el período navideño. Gavorranoen el interior de la Maremma.

Todo el pueblo lo sabía y lo vio, hasta tal punto que fue necesario que el vecino pusiera en marcha la maquinaria de investigación, compuesta principalmente por las interceptaciones ambientales realizadas por la policía, de las que los malos tratos y cosas peores parecen inequívocas, también a la luz de lo que se informa en la orden del juez.

El Un hombre de setenta años tenía que caminar medio desnudo por la casa., lo obligaron a vestirse sólo para sacar al perro. Cuando fue de compras, madre e hija contaron el dinero que tenía en la mano y ¡ay de él si se perdía por un centavo!tanto es así que el pobre se vio obligado a pedir un descuento a los comerciantes para evitar otra paliza.

Y luego las frases textuales comunicadas por el juez de instrucción: «El hijo del P. se comió todo el arroz…sigue robando.” Y otra vez: «Responde pedazo de s.., solo tienes que morir… te daré un puñetazo en la cara». Variación sobre el tema: «Sólo puedes vestirte para dejar salir al perro». Estaba tan consciente de la situación que literalmente lo sabía. aterrorizado: “Quita 20 centavos de mi factura, de lo contrario, cuando llegue a casa mi hijo se estrellará”.

Aquel hijo que ante la evidencia tuvo el buen gusto de disculparse: “Me avergüenzo de lo que hice”. Y el plural hubiera bastado para comprender también la opresión de la madre, que había llegado hasta arrancando el pelo de la cabeza de su marido, como lo demuestra una gran herida en el cuero cabelludo, según informó la policía. Mala historia, mala familia, que ya había regresado al norte en el momento de la medida cautelar, a la zona de Biella de donde era originario. Gracias a su arrepentimiento, él, el hijo, obtuvo la suspensión de su pena, pero tendrá que asistir a un curso de reeducación para quienes maltratan a otros.

PREV «Presentar el caso Citrobacter está volviendo a matar a nuestros hijos»
NEXT Abel Balbo jugó de centrocampista cuando era niño. Un Scudetto con la Roma, copas en Parma