La edición de hoy de “Il Giornale di Sicilia” se centra en el Palermo jugando en Bolzano y elabora las alineaciones probables para el partido.
Palermo se prepara para jugar la última jornada de la temporada regular contra el Südtirol en el Druso de Bolzano, pero las condiciones no son alentadoras. En el reciente partido contra el Ascoli se repitieron las limitaciones ya vistas en otras ocasiones, mientras que el anterior partido fuera de casa en La Spezia enfureció a los ultras. La última victoria, poco merecida, se remonta al 10 de marzo contra el Lecco, y las fuertes ausencias se hacen sentir: a las lesiones de Gomes y Ceccaroni se suman las de Di Mariano, Vasic y Coulibaly.
Pesa especialmente la ausencia de Coulibaly, uno de los pocos jugadores que garantizaba un rendimiento constante. Hoy, Mignani sólo tiene un base a su disposición: Henderson. Incluso si está Stulac, contratado el año pasado para dirigir el Palermo, el esloveno no ha convencido ni con Corini ni con el nuevo entrenador. El viernes pasado, cuando Gomes se lesionó, Mignani prefirió a Henderson a Stulac, dejando a este último en el banquillo.
La condición de Stulac sigue siendo un misterio para los fanáticos. Pese a su experiencia en la Serie A con Parma y Empoli y sus 29 años, debería haber sido líder, pero acabó convirtiéndose en extra. Por lo tanto, Henderson debería jugar hoy delante de la defensa.
Mignani intentará cambiar lo menos posible, centrándose en la continuidad del equipo y del módulo adoptado desde su llegada a Palermo, con la esperanza de llegar a los playoffs con el mejor entendimiento posible. Continuar experimentando con nuevos patrones tendría poco sentido en este momento. Por lo tanto, es probable que volvamos a ver una defensa de tres hombres con Marconi reemplazando a Ceccaroni, Diakité como centrocampista, Ranocchia confirmado en el centro del campo y la pareja de ataque Brunori-Soleri.
El matrimonio Brunori-Soleri, en su tercer año de convivencia, parece finalmente encontrar la continuidad necesaria para completarse mutuamente. Ambos fueron protagonistas del ascenso a la Serie B y pudieron darle al Palermo la energía y el entusiasmo necesarios para alcanzar un objetivo que parece imposible, pero en teoría no lo es.
Con dos ascensos, ambos entrarían en la historia del club rosanero y ya vivieron los playoffs en el pasado. El espíritu de lucha de Brunori y Soleri representa hoy uno de los pocos aspectos a los que Palermo puede aferrarse para esperar cerrar la temporada regular en la sexta posición y afrontar los playoffs con la ventaja de la ronda preliminar en casa.
