200 nuevos cazadores desde mayo

Se refuerzan las medidas para combatir la IA jabalíes. Concluyó el curso de formación de la Región para 200 nuevos cazadores quienes han sido reconocidos oficialmente como biorreguladores. Se trata de una figura completamente nueva, cuya peculiaridad consiste en la habilitación para realizar actividades cinegéticas tras un curso de formación en bioseguridad: un conocimiento adicional que también se debe poseer para hacer frente a una emergencia sanitaria creada por líderes electrocutados que pueden ser portadores de peste porcina. .

Además, gracias a las habilidades adquiridas, quienes posean este título podrán cazar ungulados. en áreas restringidas. En otras palabras, será posible proceder con «despoblación“, este es el eufemismo en perfecto estilo burocrático para sustituir al más crudo “sacrificio», en zonas protegidas hasta ahora cerradas a la caza con la ayuda de un perro, el limiere, especialmente entrenado para identificar y apuntar a las presas.

«Podréis empuñar fusiles en parques como Taburno, en oasis, en zonas de repoblación y de cultivo» afirma Giuseppe Porcaro, agrónomo, funcionario de servicio en Benevento, en la oficina regional del Departamento de Agricultura, con la tarea, entre otras, de coordinar las iniciativas previstas por la Región para la contención y el control de la fauna silvestre. En las próximas horas se espera una mesa de trabajo con el presidente del Parque Taburno, Costantino Caturano. El objetivo es la coordinación de iniciativas que se asumirá en el área sobre la que se extiende la jurisdicción de la institución.

Los biorreguladores se unen así a sus colegas cualificados para la caza de selección mediante formación. un pequeño ejército de 300 unidades aproximadamente; se les confía la tarea de llevar el número de jabalíes en circulación a una dimensión más fisiológica que la patológica a la que tienen que enfrentarse hoy. Según un cálculo, aunque muy conservador, hay nada menos que 20.000 ejemplares vagando por los campos y bosques del Sannio. En 2022 se eliminaron 2800 animales; 3.300 en 2023. El año pasado causaron daños a la agricultura por valor de unos 500.000 euros.

Desde el 1 de enero hasta hoy ya se han recibido 124 denuncias de incursiones con un daño reportado de 150 mil euros. Pronto, a mediados de mayo, se producirá el primer “giro”, término técnico utilizado para identificar el movimiento de los biorreguladores. Se llevará a cabo en una zona no alejada del municipio capital. Inmediatamente después seguirá otra expedición – advierte Porcaro – que tendrá lugar en Fortore. En particular, se registrará el territorio circundante. San Bartolomeo en Galdo, entre los favoritos de las hordas de jabalíes. Que se esperen buenos resultados es más que una esperanza.

«La caza – explica – no será de una sola persona sino un equipo formado por nada menos que cinco y no más de ocho unidades. En resumen, el turno permitirá seleccionar un buen número a la vez”. Hay que decir inmediatamente que el compromiso así concebido debe realizarse siempre bajo la supervisión de la sección forestal de los Carabinieri y no antes de que se haya emitido la luz verde formal mediante un decreto específico de la oficina de la que es responsable Porcaro. Cabe recordar, llegados a este punto, que el “selector” también seguirá funcionando, que actúa solo, también previa notificación del ciudadano común y después de haber comprobado que la zona en la que fue llamado se encuentra libre de restricciones. El Biorregulador se prepara para realizar un servicio para proteger la seguridad no sólo de los agricultores sino de la comunidad en general, teniendo en cuenta también las cada vez más frecuentes incursiones en la ciudad. Para un trabajo tan complejo, no es improbable que su papel pueda institucionalizarse.

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