Hoy (jueves), Día de la Ascensión, es también un día de éxodo festivo. En la entrada norte del túnel del San Gotardo se formaron 16 kilómetros de colas, también debido a una manifestación de protesta, pronto reprimida, por una decena de activistas climáticos. Un tráfico que, sin embargo, ya no tiene que lidiar con una obra bastante problemática en la salida de la autopista Chiasso-Brogeda, en territorio italiano. A partir de hoy, y después de cuatro años de obras, la circulación entre Chiasso y Como vuelve a ser por ambos carriles.
Las obras en los túneles de San Fermo y Monte Olimpino han creado los mayores problemas de los últimos años, sobre todo cuando los túneles se cerraron por completo y el tráfico se desvió hacia la otra calzada o hacia la carretera estatal. Los cierres sólo son posibles en primavera y otoño, intentando así evitar grandes éxodos. Así, los 300 días de trabajo necesarios se repartieron en un período de cuatro años.
Las intervenciones realizadas, explica Lorenzo Zucchini, director de la operación Troncone Milano de Autostrade per l’Italia, se referían a “túneles construidos en los años 60 y, por tanto, ciertamente antiguos, completamente desprovistos de impermeabilización. Lo que se ha hecho es la retirada completa de la tapa construida en su momento y la creación de una impermeabilización, para evitar que el agua que se filtra en el interior del túnel invada la calzada”.
Las obras (para las que se han invertido más de 60 millones de euros) estaban garantizadas (según informó RSI) por otros 50 años de vida. Sin embargo, las obras en la A9 entre Chiasso y Como y, por tanto, presumiblemente también los inconvenientes, no desaparecerán por completo. De hecho, se planean otras intervenciones de modernización en un futuro próximo, incluida la remodelación de las barreras viales.
