un shock positivo, debate sin miedo

Una advertencia antes de abrir el debate sobre las tres torres del norte de Trento: el sector privado no es una organización benéfica. Por lo tanto, no tiene sentido regalar tu dinero. De hecho, intenta multiplicarlos si es posible. Entonces tú puedes – y debe — discutir cómo se ejerce esta misión (con arrogancia o respetando las reglas), pero el concepto clave — Invierto tanto para traer tanto a casa. – no se puede cuestionar. Y es la actitud que mantuvo el otro día el grupo Podini al ilustrarlo ante las comisiones de medio ambiente y urbanismo Municipio de Trento el proyecto de reurbanización una zona situada cerca de las tierras contaminadas de la antigua Sloi y la antigua Carbochimica. Un proyecto futurista y valiente, capaz de dar un impulso positivo al debate sobre el futuro de la ciudad situando las construcciones altas en el centro.

Sería mejor decir devolviendo la verticalidad del proyecto a una zona, al norte de Trento, que ella ya lo había encontrado hace veinte años en una revolución ascendente firmada por el arquitecto Vittorio Gregotti. Cursos y recurrencias, como diciendo que el tema de los rascacielos al final no está ligado a la exclusividad de la extrañeza de algún profesional, pero puede ser una solución a tener en cuenta en la transformación de un territorio urbano. Al fin y al cabo, el rascacielos, del nombre inglés, nació a finales del siglo XIX en Chicago, cuando la ciudad fue destruida en gran parte por un incendio y los precios del suelo subieron. Por tanto, era una necesidad – construir edificios comerciales y de oficinas en un área limitada y a precios elevados —para dar vida a lo que se convertiría en el símbolo de la modernidad y la vanguardia. Así fue que durante el siglo XX en Estados Unidos, especialmente en Manhattan, comenzó una especie de competencia por el edificio más alto.

Los 40 años del proyecto

Historia en este caso viene al rescate enmarcar mejor de lo que estás hablando. Poco importa si todo tuvo su origen en Estados Unidos, lo que importa es la arquitectura de la intervención que debe adoptarse y aplicarse a las distintas situaciones. Para venir a nosotros, Sería insuficiente decir que Trento es una ciudad alpina y, por tanto, la elección de la altura está fuera de lugar. (¿Qué deberían decir Bolzano o Innsbruck cuando ya han certificado la altura? ¿No son también ciudades alpinas?). Y a la capital, como se ve, ciertamente no le faltan torres. Passi Gregotti, era el año 1968 cuando la ciudad empezó a ocuparse concretamente de las Torres de la Madonna Bianca. El arquitecto Marcello Armani diseñó, junto al ingeniero Luciano Perini, ese barrio. Estas palabras suyas dirigidas a «Trentino» con motivo del 40º aniversario del proyecto surgieron del archivo como comentario a las dudas suscitadas en aquel momento: «Las ideas innovadoras siempre provocan debates – explica Armani -. Esos eran los principios de arquitectura moderna, con amplias zonas verdes y el tráfico peatonal separado del reservado a los automóviles. El desarrollo vertical, además de permitir el asentamiento de muchas familias numerosas, que era una exigencia de aquellos años, ha permitido conservar grandes superficies de césped sobre las que con el tiempo ha ido creciendo una exuberante vegetación espontánea, de la que todos pueden disfrutar. Posteriormente se construyeron las calles, un centro comercial, una iglesia y la piscina, la cual fue donada por Del Favero.

La escasez de servicios

Hoy nos quejamos de la falta de servicios. Cierto, pero después de mucho tiempo las torres se van Adecuado a estilos de vida y estructuras sociales., que han cambiado mucho…”. Ciudad alpina o no, Madonna Bianca está ahí para testificar, con las muchas fragilidades del caso, que escalar hacia el cielo no es una locura. Como en todo, hay que mirar el contexto, analizar el impacto en la habitabilidad de toda la zona, pero sobre todo hay que poder contar con una fuerte dirección por parte del organismo público. En la gestión de la propuesta Podini (creado por el arquitecto Roberto Bortolotti) si hay un punto a destacar es la mano firme del Municipio. Una garantía. Máxima apertura a la verticalidad pero con límites muy claros: este es el mantra explicado por la concejala competente Mónica Baggia. En definitiva, las tres torres de la zona de Sequenza empezaron con buen pie. Sólo el tiempo dirá si el nuevo barrio se materializará y, en cualquier caso, será el resultado de una mediación cuidadosa y vivaz. La esperanza es que la comparación se refiera específicamente al proyecto, partiendo de la elección de construir verticalmente, evaluando sus fortalezas y debilidades, teniendo el bien de la ciudad como único interés primordial. Las controversias ideológicas hundirían al norte de Trento nuevamente en un agujero negro sin futuro.

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