El transporte público, según los responsables de la Agencia Brescia “estamos en la tormenta perfecta”

en el pase de lista faltan unos cuantos millones de euros. Los necesarios para desarrollar el transporte público local y alcanzar el objetivo de reducir el tráfico privado en un 10%. La última estimación del TPL de Brescia, que se remonta a los años de la emergencia sanitaria, indicaba un déficit de 7 millones. Pero esas cuentas ya están desactualizadas. Para los líderes de Tpl de Brescia “Estamos en la tormenta perfecta”porque todo se mantiene en un equilibrio precario: por un lado recursos económicos limitadosen el otro aún menos recursos humanos.

«Si tuviéramos más conductores y si nunca hubiésemos cortado las carreras, hoy ciertamente no tendríamos los recursos para los objetivos fijados”, afirman desde la sede de la Agencia en via Marconi. Y como para decir que es precisamente la muerte de los conductores lo que “salva” al sector, cuyas carencias repercuten directamente en los usuarios. Y las proyecciones no son optimistas: el Politécnico de Milán ha confirmado una déficit de 1.700 millones de euros para todo el transporte público nacional. «Un desequilibrio financiero peligroso – informan Agens, Anav, Asstra, las asociaciones que representan a las empresas públicas y privadas del sector -, debido tanto a la escasez anual del fondo de financiación nacional TPL (es de casi 800 millones) como a los recursos que “se utilizaría para cubrir los costes futuros de renovación del convenio colectivo de la categoría, que expiró en 2023, y que los sindicatos han cuantificado en unos 900 millones de euros adicionales cuando esté en pleno funcionamiento”.

El problema también es el mismo en la zona de Brescia, donde la La mayoría de los contratos son antiguos. Y con salarios bajos. Cualquier nuevo acuerdo implicaría mayores costos, debido principalmente a la inflación que está erosionando los recursos económicos. Además, ya se sabía que la situación era delicada el año pasado en el sector de Brescia, donde la Agencia tiene acordado con las empresas un plan de reducción de viajes y pese a los recortes el escenario estaba gobernado. Pero es un equilibrio inestable. Por eso el sistema industrial – concluyen las asociaciones empresariales – «no puede sobrevivir sin una revisión del marco de recursos funcionales. El riesgo es una reducción creciente de la oferta que desincentivará la demanda de movilidad pública, alejando así al país de los objetivos de sostenibilidad ambiental y crecimiento económico”.

Traducido: se necesita urgentemente una revisión de la financiación para evitar la semiparálisis del transporte público nacional y tratar de animar a los ciudadanos a utilizar este medio de transporte.

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