La VOZ de la afición, historias desde las escaleras del estadio: Mantua-Cesena

por Chiara Sanguanini

5 mayo ’24: “Ei fu” y Supercopa de Serie C.
Se juega en casa, el último en el Martelli, antes de la renovación del estadio. Es Mantua-Cesena.
“¡La amistad ante todo!” la curva canta. Intercambio de cortesías entre aficionados. “Cesena Cesena…” gritan en la curva de Te. “Mantua, Mantua…” en curva de Cisa.
Luego juntos “¡Mantua y Cesena en la Serie B!”
Empieza así. “¡Estamos hermanados!”. “Me gustaría ganarme a mis amigos”, grita uno. “Lo importante es que B esté en caja fuerte, entonces que gane el mejor”. El orador nos invita, todos locuaces, a gritar los apellidos de nuestros padres. Sólo gritará el nombre. Bueno. Intentemos… ¡Fracaso!
Aparte de “Marco…” “¡FIESTA!”, por casi todos los demás nos miramos desconcertados y ya desde “Giacomo…” “¿?… ¿quién? ¡Ah, fiel!” No colaboramos.
El orador se da por vencido. “No los conocemos. No estudiamos. Hazme la pregunta otra vez…” le pedimos disculpas a Fantozzi.
1.er tiempo: Mantua juega mejor. “¡Estamos de vuelta!” “¡No tocan la pelota!” “Bragantini inexpugnable” “¡Devastador!”.
“Mensah falla los goles más fáciles” “Es un luchador, pero si además tuviera buenos pies…” “¡Queremos la victoria!” “¡Sí, Mantua está aquí!” “¡El Che está vivo!” “Mantua de alto nivel” “¡Disparemos alguna vez!” “¡Cinismo chicos, cinismo!” “Inviertamos el concepto: menos posesión de balón y más tiros. En mi opinión, tarde o temprano algo entrará por la puerta.” “Nos falta un poco de suerte, pero nuestro equipo juega bien”.
Así, sin demasiadas emociones y sin tiempo de descuento, finaliza la primera parte. 0 a 0.
“¡Habríamos ganado por puntos!” “¡En el boxeo!” “El Cesena no me parece un gran acorazado” “Digamos que se parece más a un ferry en el canal de Cervia”.
Los burdeles nos despliegan una pancarta en la curva de Cisa. Aplausos mutuos. A algunas personas les molesta. “Amigos en el bar!”
Luego empezamos de nuevo.
Pero la música cambia. Ahora Cesena tiene el balón en juego, Mantua ha caído.
—¿Pero Galuppini? “Ha estado de vacaciones durante al menos un mes”.
Sin embargo, él mismo, lanzado hacia la red, fue derribado en la entrada del área. ¿Árbitro? ¿¡ÁRBITRO!? ¿Entonces? No. No silba. “¡Pero maldita sea! ¿Dónde pusiste tus gafas?”. Los dejó en casa, porque un minuto después pitó un penalti dudoso, muy dudoso… para el Cesena. “¿Pero hubo?” “Para nada, al s’è bütà”.
Armadura de acorazado no falla: 0 a 1.
Mantova se sacude y reacciona con enojo. Demasiadas faltas. “¡La caücela le pegará al gà!” “¡Mei!” “Discuten en el campo” “Discuten entre ultras” “¿Se acabó la amistad?” “Quizás demasiada cerveza”, plantea la hipótesis Bice.
El día 34 llegan los cambios (¿un poco tarde?). Y, entre otros, sale Bombagi. “¡Gracias Señor, gracias!” dice una voz femenina detrás de mí.
Los rojiblancos deciden disparar a portería y finalmente, en el minuto 38.
¡¡¡GOOOOL!!! DE BENEDETTI!!!
“¡Buen chico!” “¡Al menos un empate!” “¡Vamos vamos!”.
Parece el resultado más justo, pero no hay paz en la tierra de Virgilio: nuestra defensa lucha, Cesena suelta al hombre delante de Festa y el 1 a 2. Min. 92.
¿Finalizado? No. Mantova, con un arrebato de orgullo, se lanza hacia delante, libera a un hombre delante de Pisseri y nuestro Redolfi salta el travesaño. “Misma situación, resultado diferente”.
Termina así. Mi sobrino de 9 años está llorando. “¡No te preocupes, ganaremos el campeonato!”. Por el momento esto no le consuela.
“Tenían más culo que alma”, me escribe Renata, la señora de la galería, que logró discutir con algunos del caballito, o mejor dicho del acorazado.
Ella, como yo, no es amiga de ningún adversario, ella, como yo, es sólo una “simple conocida” (Bonvi, Sturmtruppen).
En la salida hay quienes refunfuñan, quienes parecen felices, quienes están enfadados con el árbitro: “Ningún penalti para nosotros, nunca, no veo la hora de ir al padre eterno” y quienes discuten sobre un improbable traspaso futbolístico. mercado. Es una cálida tarde de mayo.
Gracias chicos, lo disteis todo, uno más y luego ¡vacaciones!
“Todo al mar, todo al mar,
para mostrar sus traseros claros…” (G. Ferri)
Ps Si alguien me preguntara “¿cómo era el acorazado Cesena?” Yo respondería como Fantozzi.

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