Disruptores endocrinos, como efectos sobre la salud. Simposio en la Universidad de Chieti-Pescara

Chieti, 7 de mayo de 2024 – Los efectos de los disruptores endocrinos (DE) sobre la salud, la información sobre los riesgos derivados de la exposición a sustancias químicas presentes en los objetos cotidianos y las elecciones de comportamiento conscientes para reducir estos riesgos estarán en el centro del simposio que tendrá lugar tendrá lugar el 10 de mayo, en la Sala Multimedia del Rectorado, en el Campus de Chieti.

El evento fue organizado por el grupo de investigación coordinado por la Prof. Angela Di Baldassarre, profesora de Anatomía Humana en el Departamento de Medicina y Ciencias del Envejecimiento de la Universidad “Gabriele d’Annunzio” de Chieti-Pescara. Las obras se abrirán con un saludo del Magnífico Rector del “d’Annunzio”, prof. Liborio Stuppia, y la consejera regional de salud, Nicoletta Verì.

El simposio contará con la participación de científicos y expertos del mundo académico que, con un enfoque interdisciplinar y aportaciones de investigación innovadoras, aportarán una visión completa de los efectos adversos de los TCA en la salud humana. Entre otros, Andrea Lenzi, presidente del “Comité Nacional de Bioseguridad, Biotecnología y Ciencias de la Vida” de la Presidencia del Consejo de Ministros, y presidente de la UNESCO, eminentes endocrinólogos italianos como Francesco Lombardo y Andrea Isidori (Universidad de Estudios de Roma) La Sapienza”), Alberto Ferlin (Universidad de Padua) y Agostino Consoli (Universidad “G. d’Annunzio” de Chieti-Pescara), pediatras como Francesco Chiarelli (Universidad “d’Annunzio”) y neurólogos como Stefano Sensi ( Universidad “d’Annunzio”), así como el propio Profesor Liborio Stuppia como Director del “Laboratorio Verde de Genética Molecular” de “d’Annunzio”.

“Los disruptores endocrinos – explica la profesora Angela Di Baldassarre – incluyen una amplia gama de sustancias químicas presentes en el medio ambiente que interfieren en el funcionamiento del sistema endocrino, imitando o bloqueando las señales hormonales. Se trata de sustancias ubicuas porque están presentes en pesticidas, herbicidas, juguetes, medicamentos, productos de limpieza y de higiene personal del hogar, objetos de plástico, pinturas, equipos sanitarios, muebles, ropa y polvos. Entran en contacto con nuestro organismo por diferentes vías (especialmente por ingestión, pero también por contacto con la piel, o por inhalación porque están presentes en la atmósfera)”.

“Los TCA – especifica el Prof. Di Baldassarre – pueden alterar el equilibrio hormonal fundamental para la salud del feto, del niño y del adulto: pensemos en el papel de los estrógenos y la testosterona para el correcto desarrollo sexual y la pubertad, o de las hormonas tiroideas para el desarrollo del cerebro. Los daños causados ​​por los DE están confirmados por investigaciones médicas que indican que las personas más expuestas tienen un mayor riesgo de desarrollar patologías reproductivas (infertilidad, aborto, endometriosis, etc.), trastornos del comportamiento en la infancia, trastornos metabólicos como la obesidad y la diabetes y algunos tipos de cáncer”.

“Estudios recientes sugieren que los DE también tienen efectos neurotóxicos que predisponen al desarrollo de trastornos cognitivos y enfermedades neurodegenerativas. La exposición a los EDC – concluye la profesora Angela Di Baldassarre – representa, por tanto, un problema sustancial para la salud pública, que requiere estrategias proactivas para mitigar sus consecuencias”.

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