Ex Ilva: el gobierno retira otros 150 millones de los fondos para la recuperación de Taranto

Ex Ilva: el gobierno retira otros 150 millones de los fondos para la recuperación de Taranto
Ex Ilva: el gobierno retira otros 150 millones de los fondos para la recuperación de Taranto

Ahora es oficial: con la aprobación del Decreto de Agricultura, ayer el Consejo de Ministros dio el visto bueno a nuevas normas para garantizar la continuidad operativa de la antigua Ilva de Taranto, con una nueva inyección de liquidez de 150 millones de euros procedentes de la gestión extraordinaria de la empresa. Para ello, el ejecutivo dirigido por Giorgia Meloni decidió sacar dinero de los “activos destinados”, es decir, de esa porción de recursos. destinados a la remediación ambiental. Así, si bien el plan medioambiental de Ilva -debido a una larga serie de prórrogas establecidas durante la última década- presenta un grave retraso, se vuelve más delgado la cantidad de dinero presente en el cofre del que extraes para ponerlo en práctica. La misma medida fue implementada en 2022 por el gobierno Draghi, que desvió 150 millones de dólares de recuperación a proyectos de “descarbonización del ciclo de producción del acero”. Luego la mayoría se dividió y la FdI, en la oposición, se abstuvo. En este caso, sin embargo, en medio de un silencio ensordecedor mediático, todo transcurrió sobre ruedas.

El “patrimonio destinado” es, concretamente, el fondo especial establecido hace años con los mil millones de euros que los Rivas, tras la acción del entonces gobierno y de la Fiscalía de Milán, trajeron a Italia desde el extranjero, que los comisarios de Ilva utilizaron para financiar la limpieza de las áreas que en 2018 quedaron excluidas de la venta a ArcelorMittal. Los “activos destinados” se componen actualmente de los 540 millones que los comisarios deben transferir a Acciaierie d’Italia para llevar a cabo intervenciones de descontaminación y recuperación del subsuelo en el marco del Plan Medioambiental, 467 millones correspondientes a los comisarios para la recuperación y en la seguridad de las zonas exteriores (que están incluidas en parte en el plan medioambiental) y 150 millones aportados por el ejecutivo dirigido por Mario Draghi para la “descarbonización de Ilva”. Según explicó uno de los comisarios de AdI, los 150 millones que llegarán a Acciaierie d’Italia servirán a la empresa para “sobrevivir”, a la espera de que se libere el préstamo puente de 320 millones para el que se espera luz verde por parte de de la Unión Europea. Para el ex Ilva, la principal noticia se refiere al lanzamiento, dentro de los primeros seis meses del próximo año, del construcción de dos hornos eléctricos pretende sustituir el mismo número de altos hornos de aquí a 2027, lo que debería garantizar una producción de al menos 4 millones de toneladas. Los sindicatos han expresado su preocupación por el bajo nivel de producción en la planta de Taranto, donde actualmente sólo está activo el alto horno 4 y donde 1.700 trabajadores están en situación de despido.

Políticamente, los primeros en arremeter contra la operación del gobierno Meloni fueron los representantes de Europa Verde, que calificaron esta decisión de “un movimiento desesperado encontrar los recursos necesarios para el funcionamiento de las plantas de Ilva en Taranto, una empresa que ya no existe, está agotada y no puede financiarse debido a la incautación de algunas plantas”. Europa Verde, que recuerda el precedente del gobierno Draghi, destaca que “Meloni pretende seguir el camino del presidente del Consejo Técnico deseado por Europa y que ella misma ha cuestionado tanto”, esperando que “la medida pueda ser rechazada por la mismas fuerzas de la mayoría y de las de centro izquierda” y que esos fondos “se ponen inmediatamente a disposición del nuevo comisionado de recuperación de tierras designado por el gobierno.” Codacons también está en las barricadas y escribe en un comunicado: “Los gobiernos cambian, pero en términos de protección de la salud de los ciudadanos de Tarento, la indiferencia y la inacción, lamentablemente, siempre son las mismas”. La nota recuerda que, como admitieron los abogados de Acciaierie d’Italia, “cuatro de las medidas medioambientales previstas”, entre ellas “la eliminación del amiantoes decir, una de las principales causas de aparición de tumores entre trabajadores y ciudadanos”, aún no han visto la luz “a pesar del plazo legal que expiró en agosto de 2023”.

La primera intervención del poder judicial sobre la cuestión de Ilva tuvo lugar en 2012, cuando la fiscalía de Taranto ordenó la incautación de los altos hornos, evaluado como altamente contaminante. A partir del año siguiente, tras el decreto de sindicatura aprobado por el gobierno, la capacidad de producción de las acerías (que realmente nunca dejaron de funcionar) se redujo; al mismo tiempo, se intentó implementar programas para la reurbanización de los entornos. En 2018 se compró la planta del gigante siderúrgico franco-indio Ancelor Mittal, que debía restaurar la empresa, pero fracasó. En marzo de 2023, el Parlamento aprobó un decreto con el que permitía la asignación por parte de la Agencia Nacional de Desarrollo -propiedad del Ministerio de Economía- de 680 millones a Acciaierie d’Italia como anticipo de la ampliación de capital prevista para 2024, que permitirá garantizar la continuidad de la producción de la planta y pagar a los proveedores de energía, es decir, las empresas públicas Eni y Snam. En febrero de 2024, el Tribunal de Quiebras de Milán insolvencia declarada para el spa Acciaierie d’Italia. Ni siquiera dos semanas después, el Parlamento aprobó el decreto de ahorro de Ilva, con el que se hicieron definitivas las medidas urgentes para permitir el inicio del procedimiento de administración extraordinaria de Acciaierie d’Italia y la asignación del préstamo puente de 320 millones, sobre el cual La Unión Europea será llamada a expresar su opinión.

[di Stefano Baudino]

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