¿De verdad quieres ver qué es Molise? Ve… búscalo en Google

¿De verdad quieres ver qué es Molise? Ve… búscalo en Google
¿De verdad quieres ver qué es Molise? Ve… búscalo en Google

Cuando entras en “Google” te sientes como si estuvieras volando, admirando – desde arriba – las colinas y las llanuras de Molise. Pero, más allá de los sueños, no puedes evitar considerar este sitio un poco inquietante. Los mapas satelitales son tan precisos que -hipotéticamente- podrían ser utilizados por terroristas para atacar objetivos sensibles (y este es, por ejemplo, también la presa de Liscione).

Rusia y la India fueron los primeros en dar la alarma, protestando ante la asamblea de las Naciones Unidas. El Gobierno australiano también solicitó la eliminación de imágenes del único reactor nuclear instalado en ese continente, mientras que el Parlamento holandés planteó la misma cuestión de seguridad. Los responsables de Google, sin embargo, siempre le han restado importancia, afirmando que esta información seguramente ya está disponible. Estados Unidos, sin embargo, quiso actuar de todos modos, logrando blanquear ciertas imágenes (calificadas de estratégicas) del territorio federal.

Dejando a un lado estas cuestiones, el sitio ciertamente te hace soñar despierto; y para que este aspecto sea aún más eficaz, su mecanismo tendría que volverse aún más sofisticado de lo que ya es, revelándose tal que nos permita ver, en los más mínimos detalles, incluso lo que nunca se puede ver realmente, permitiendo Los habitantes de Molise se dan cuenta de cómo es realmente la vida en las pequeñas ciudades del antiguo Contado, donde los ratones domésticos empiezan a ser demasiados.

En este mundo nuestro, los “verdaderos” intelectuales parecen numéricamente escasos, mientras que sólo los que están en el café demuestran que son numerosos. Se descubrirá que en Molise se organizan varias temporadas de teatro, pero las comedias que se ven en la plaza o en los municipios -por quienquiera que los administren- son a menudo mejores que las que hacen temblar las mesas de la ‘Savoia’, la ‘Lumière’ o el ‘Resurgimiento’. ‘Google Earth’ debería mostrar esta XX región llena de concursos variados, llena de música de poco respeto, interpretada en fiestas y celebraciones patronales, y llena de búsquedas del tesoro. Año tras año no se hace nada más. Sin embargo, es costumbre considerarnos el centro del mundo.

Los ecos de la política nacional llegan aquí amortiguados y adquieren la misma consistencia que los resultados de un partido de fútbol entre el grupo de aficionados que esperan: blancos contra negros, rojos “contra” verdes, vítores disparados, eructos libres y cerebros amontonados. Y esto a pesar de la gran cantidad de periódicos y noticias televisivas, ya sean locales o de mayor alcance. Esta deseada red, que aún no existe, si se revisara y corrigiera, demostraría que los acontecimientos principales son los centenares rituales de muertes por vejez, los diversos desprendimientos de tierras registrados en el campo, los mosaicos romanos encontrados aquí y allá (dejados celosamente bajo tierra, así llevados a la luz para qué sirven).

No mencionaré las diversas marchas a pie, las carreras ciclistas, los desfiles del Cinquecento y de Vespa, que pueblan las calles especialmente en los meses de verano. En la última maratón, un milanés que pasaba por cierta ciudad, al ver a muchos jóvenes en chándal, todos tensos por el esfuerzo, con las nalgas apretadas y los codos angulados, lanzó una frase en milanés (que siempre me ha quedado en la memoria por su icasticidad): “Quater pass e una ciulada”.

Dicho esto, por todas las cosas que no nos deja ver, No le reprochemos a ‘Google Earth’ que tenga poca imaginación o imaginación, si ni siquiera podemos ver lo que realmente somos. Por mi parte, creo haber descrito adecuadamente la dimensión real de la vida social, económica y política de Molise. Quizás se me hayan olvidado algunos detalles; pero seguramente son minucias indignas de la realidad en la que se hunden las provincias de Molise, felices e inconscientes. Ciertamente son bagatelas buenas sólo para mí que, en esta tierra, navego en silencio, siempre atento a no revelar su enorme importancia por temor a que sociólogos, escritores, sindicalistas, subsecretarios, humoristas vengan a perturbarnos en el mejor de nuestros disfrutes. , es decir, en medio de nuestro trabajo más serio y reflexivo que es vivir el día a día.

En definitiva, si es cierto que ‘Google Earth’ hace soñar, habría que reinventarlo, si es que no existiera ya. Prácticamente, si alguien no lo hubiera creado ya, al encontrarlo habría que decirle: “¿Qué haces aquí sin hacer nada? Pero ve… ¡búscalo en Google!”.

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