La magia de lo siniestro en el universo de Louise Bourgeois, en Florencia

Louise Bourgeois SPIDER, 2000 Acero y mármol 52,1 x 44,5 x 53,3 cm Foto: Christopher Burke, © The Easton Foundation/Con licencia de SIAE, Italia y VAGA at Artists Rights Society (ARS), Nueva York

La gran Louise Bourgeois llega “a Florencia”, como reza el título de la exposición en el Museo del Novecento de Florencia. Del 22 de junio al 20 de octubre se inaugurarán dos exposiciones excepcionales – No me abandones y Celda XVIII (Retrato) – en las que participarán el Museo Novecento y el Museo degli Innocenti, consolidando la colaboración iniciada en los últimos años entre las dos instituciones. Un proyecto que trae por primera vez a Florencia las obras de Louise Bourgeois (París, 1911 – Nueva York, 2010), construyendo una significativa relación de ósmosis entre sus creaciones y el contexto expositivo. Una figura siempre recurrente en las exposiciones del Museo Novecento que desde 2018 desempeña un papel fundamental en la difusión de los lenguajes artísticos modernos y contemporáneos en la ciudad, en estrecha colaboración con las principales instituciones museísticas florentinas. Coincidiendo con el décimo aniversario de su inauguración, el Museo Novecento homenajea a Louise Bourgeois, una de las protagonistas absolutas del arte de los siglos XX y XXI, con la exposición Do Not Abandon Me comisariada por Philip Larratt-Smith y Sergio Risaliti en colaboración con The Easton. Base. Diseñada en estrecho diálogo con la arquitectura del Ex Leopoldine – un complejo con una fuerte vocación social gestionado durante siglos por comunidades enteramente femeninas – la exposición permitirá apreciar en persona casi un centenar de obras del artista, muchas de ellas sobre papel. entre ellos gouache y dibujos, creados en la década de 2000, así como esculturas de diversos tamaños, en tela, bronce, mármol y otros materiales. Gran expectación por Spider Couple (2003), una de las creaciones más famosas y emblemáticas de Bourgeois, que se instalará en el patio del museo.

Luisa burguesa
LA ALIMENTACIÓN, 2007
SUBTÍTULOS.docx
aguada sobre papel
45,7×59,7cm
Foto: Christopher Burke, © The Easton Foundation/Licencia de
SIAE, Italia
y VAGA
en la Sociedad de Derechos de los Artistas (ARS), Nueva York

Para la ocasión, se propondrá nuevamente la colaboración con el Istituto degli Innocenti: fundado en 1419 como hospital con el objetivo preciso de acoger a niños sin cuidado familiar en un entorno caracterizado por un alto valor artístico y arquitectónico. Desde entonces, el Instituto nunca ha interrumpido su misión original, anticipando a menudo innovaciones para el cuidado de los más pequeños. En el complejo diseñado por Filippo Brunelleschi, el Museo acogerá Celda XVIII (Retrato), una obra de fuerte impacto visual en poderosa resonancia con la historia y la colección de los Inocentes, elegida por Philip Larratt-Smith en diálogo con Arabella Natalini, directora de el Museum degli Innocenti, y Stefania Rispoli, conservadora del Museo Novecento. La exposición No me abandones ocupará casi todo el edificio Ex Leopoldine, entre las salas de la planta baja y el primer piso. Esta es la colección más extensa e importante de gouaches rojos de Louise Bourgeois con un enfoque temático en el motivo de la madre y el niño. El título de la exposición hace referencia al miedo al abandono que siempre ha albergado Bourgeois y que en este caso hace referencia a la díada madre-hijo, que constituye el modelo de todas las relaciones futuras. La maternidad y las ansiedades relacionadas con ella estaban en el centro de la concepción que Bourgeois tenía de sí misma. Al mismo tiempo, a medida que la vejez la hacía más frágil y más dependiente de los demás, un giro inconsciente hacia su madre caracterizó nuevamente su trabajo.

De forma totalmente excepcional, el claustro del Museo acogerá Pareja de arañas (2003), una de las famosas arañas de gran tamaño del artista, realizada en bronce. La exposición se completará también con la exhibición de dos importantes instalaciones: Peaux de Lapins, Chiffons Ferrrailles à Vendre (2006), una de las Cells del artista, se presentará en una sala de la planta baja del museo. La obra Cruz (2002) también se presentará en la antigua iglesia del edificio renacentista, donde en su momento estaba prohibida la entrada a las mujeres durante las celebraciones de ritos religiosos, como lo demuestra la galería de mujeres separada también por rejas de hierro. Bourgeois se abre a una poética de lo siniestro, capaz de exorcizar traumas e inhibiciones. La variedad de medios y técnicas utilizadas es extraordinaria, una fertilidad y una curiosidad por experimentar que sitúa a Louise Bourgeois junto a los grandes artistas del siglo pasado. Hasta los últimos días de su larguísima carrera, nunca estuvo inactiva ni agotó su curiosidad intelectual y su energía creativa en caminos y objetivos continuos y bien definidos. Desde sus primeros trabajos, Bourgeois ha situado la relación con su madre en el centro como tema esencial, asociándola desde los años 1990 a la imagen de la araña. Y una araña –en este caso Spider Couple, una pareja formada por madre e hijo– se exhibirá en el claustro del Museo Novecento, como eje temático de todo el itinerario expositivo. Asimismo, resulta reveladora la elección de exponer Peaux de lapins, gasas ferrailles à vendre. Entre las últimas obras pertenecientes a la serie Cells, que fueron presentadas al público por primera vez en 1991 en el Museo Carnegie de Arte de Pittsburgh, el título de esta obra hace referencia a un recuerdo de la infancia, el de los gritos de los traperos ocupados. en vender productos en la calle. En el interior de la celda, Bourgeois inserta algunos elementos escultóricos que recuerdan su historia personal y familiar, como bolsas de tela y pieles de conejo: componentes atribuibles, respectivamente, al útero vacío (y, por extensión, al cuerpo femenino) y, más literalmente, al los animales cazados y criados por los miembros de su familia. El nombre de la serie juega con los múltiples significados de la palabra “célula”, que puede traducirse al italiano como “célula” y “célula”. Se refiere, por tanto, tanto a la unidad elemental de todos los organismos vivos como a la condición de aislamiento, separación y encierro que caracteriza la prisión o dimensión monástica. Significados que cobran una especial resonancia en un edificio que a lo largo del tiempo ha sido hospital, lugar de hospitalización, educación y reinserción de mujeres, pero también escuela e incluso prisión.

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