Francesco Bonami: en la Bienal de Venecia Koo Jeong A nos lleva a mil ciudades con la estatua que rocía olores

Francesco Bonami: en la Bienal de Venecia Koo Jeong A nos lleva a mil ciudades con la estatua que rocía olores
Francesco Bonami: en la Bienal de Venecia Koo Jeong A nos lleva a mil ciudades con la estatua que rocía olores

Este artículo se publica en el número 19 de Vanity Fair, en los quioscos hasta el 7 de mayo de 2024.

En 1981, el director estadounidense John Waters hizo una película, Poliéster, donde a la entrada del cine te entregaban una tarjeta para rascar y olfatear con muchos números. Cuando aparecía un número en la pantalla, lo rascabas en la tarjeta y podías oler la escena de la película. Principalmente fueron “apestas”, la zapatilla usada, las frituras del McDonald’s, el inocente pedo emitido por el protagonista. Ciudades de Odorama es el proyecto que el artista coreano Koo Jeong A creó para el pabellón de la República de Corea en la Bienal de Venecia (hasta el 24 de noviembre). A diferencia de la película, no se trata de hedores sino de 17 olores y aromas que traen consigo la identidad intangible de los lugares. Una especie de niño, encima de un pedestal, rocía las distintas fragancias en el pabellón transparente. El espectador huele, recuerda, imagina. El artista cree que los olores son la forma última de individualidad de lugares e individuos. En un mundo donde la arquitectura de las ciudades es cada vez más igual, donde la gente usa las mismas marcas independientemente del género y la nacionalidad, el olor de los lugares -pero también el de la lluvia, de la vegetación que cambia según las estaciones, la comida -por Koo Jeong A es el GPS del alma y la red invisible que nos conecta con los demás superando barreras físicas, geográficas y políticas.. El Covid, al quitarnos el sentido del olfato, fue una forma de “odoroclastia” biológica que, de haber continuado, habría inutilizado la obra de este artista. En cambio, podemos abandonarnos a la fantasía, guiados por las fragancias invisibles que nos llevan a lugares lejanos. Descartes diría pie ergo suma, Apesto, luego existo. Y si este tipo de arte no puede salvar el mundo, una buena ducha tal vez sí pueda hacerlo.

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