El tan esperado anuncio llegó a las 18.38 horas del sábado 4 de mayo. Se repitió el milagro de San Gennaro. El arzobispo don Mimmo Battaglia besó la ampolla con la sangre disuelta de la patrona de Nápoles y la mostró a los fieles presentes en la basílica de Santa Clara, en medio de aplausos de la multitud.
Don Mimmo Battaglia, hacia las 17.00 horas, después de haber ido a la Capilla del Tesoro, recibido por el abad prelado, monseñor Vincenzo De Gregorio y por la delegación presidida por el alcalde de Nápoles, Gaetano Manfredi, abrió la caja fuerte que alberga las reliquias del santo, con la sangre que aún no se había disuelto.
Luego comenzó la tradicional y solemne procesión del busto de San Gennaro y las ampollas que contienen la sangre del mártir, desde la Catedral hasta la Basílica de Santa Clara. La procesión se realiza en memoria del traslado de las reliquias del santo desde el cementerio situado en Agro Marciano, en la zona de Fuorigrotta, a las catacumbas de Capodimonte, y fue llamada “degli infrascati” por la costumbre del clero participante de proteger protegerse del sol cubriéndose la cabeza con coronas de flores. Un recordatorio de ello es la corona de plata que remata el trono sobre el que se coloca el relicario con la sangre del santo, que lleva en el centro una enorme esmeralda, regalo de la ciudad, de origen centroamericano.
También se llevaron en procesión los simulacros de algunos santos copatronos de la ciudad de Nápoles. La procesión recorrió Via Duomo, continuó por Via San Biagio dei Librai, Piazza San Domenico Maggiore y Via Benedetto Croce, hasta llegar a la Basílica de Santa Chiara. A lo largo del recorrido, los párrocos de la zona atravesada honraban al santo patrón con la ofrenda de incienso y el repique de campanas. El cortejo procesional va acompañado de la Fanfarria de los Carabinieri.
La llegada a la basílica de Santa Clara se produjo hacia las 18,30 horas, para el inicio de la celebración eucarística presidida por el arzobispo, durante la cual se elevaron oraciones por la prodigiosa licuefacción de la sangre de la santa.
