Ir a Socotra significa tener en cuenta atascarse. «No porque sea peligroso, aunque tenga su propia complejidad geopolítica. Los vuelos se cancelan en todas partes, excepto aquí que hay menos y es el inicio de la temporada de monzones”. Así lo afirma Sara Melotti, documentalista de Brescia de 36 años, que ha estado allí dos veces, también por motivos profesionales.
¿Alguna vez has tenido miedo?
«Nunca ha habido ningún ataque a la isla. Legalmente es Yemen, pero está distante tanto política como geográficamente”.
La Farnesina lo desaconseja.
“Si evitara todos los lugares no recomendados, no podría hacer mi trabajo y me habría perdido los mejores momentos de mi vida”.
¿Necesitas un operador turístico para ir?
«Hay que confiar en las agencias locales: en Socotra no hay muchos hoteles, a menudo hay que dormir en tiendas de campaña. En 2023 estuve allí durante 40 días: sin el apoyo local no habría podido organizarme”.
¿Sin turismo de masas?
«Está conectado con uno o dos vuelos semanales desde Abu Dhabi, operados por compañías aéreas pero considerados humanitarios, por lo tanto con alrededor de 90 plazas. Mientras esto sea así, afortunadamente no habrá turismo de masas. Sin embargo, es innegable que las llegadas han aumentado.”
¿Es culpa de las redes sociales?
«Es un arma de doble filo. Es una estupidez señalar con el dedo a quienes viajan, exploran y dan a conocer lugares remotos si lo hacen de forma responsable, protegiendo un ecosistema raro y frágil y respetando la cultura local”.
