Grande Torino, leyenda para siempre! La memoria de Bartoletti

Grande Torino, leyenda para siempre! La memoria de Bartoletti
Grande Torino, leyenda para siempre! La memoria de Bartoletti

Los éxitos de un equipo muy fuerte que representó la columna vertebral de la selección nacional y que ganó 5 campeonatos consecutivos, logrando récords que aún hoy se mantienen invictos.

El 4 de mayo de 1949 Cuando el avión se estrelló contra la colina de la Basílica de Superga en una tarde de tormenta, el Grande Torino acababa de regresar de un viaje a Lisboa para despedirse dignamente del fútbol de la mano del capitán de Portugal y estrella del Benfica Francisco Ferreira.
«Los héroes son siempre inmortales a los ojos de quienes creen en ellos. Y así los niños creerán que Torino no está muerto: simplemente está “lejos”.

La memoria de Marino Bartoletti
Nací trece semanas antes de que el Grande Torino ascendiera de nuevo hacia aquel Cielo que tan cruelmente lo había engañado. Siempre lo he considerado una huella fundamental de mi vida (profesional y no profesional). Las historias y la emoción de mi padre (jugador de la Juventus) fueron suficientes para hacerme comprender, tan pronto como pude, las dimensiones de esa leyenda: una gran metáfora ciertamente no sólo para el deporte de todo un país que, en la desesperada búsqueda de puntos de referencia y “comunión”, lograron unirse incluso en el dolor.
No hubo italiano que no llorara por esos niños. Así como, ese mismo año, no hubo un solo italiano que no se alegrara, lleno de orgullo, de los triunfos de Fausto Coppi en el Giro y el Tour. Fue el estudio de esos acontecimientos “sociales” lo que me llevó a profundizar y luego difundir el significado y el valor del deporte, expresado también en sus versiones más elevadas y “simétricas”: de la felicidad a la desesperación.
Han pasado 75 años desde que se fue Grande Torino: mi edad. Personalmente he cultivado su memoria en todas sus formas durante casi 70 años (desde las primeras pegatinas que aún conservo), hasta mis emotivas visitas a Superga. En 1989, como director de Guerin Sportivo, sin saber cómo honrar una vez más a aquellos héroes (cuyos hijos habría tenido la suerte de conocer, desde Sandro Mazzola hasta Giorgio Tosatti, pasando por mi querido y desafortunado colega Ferruccio Cavallero, que devoró el stories), embellecí el periódico con un cartel suyo para celebrar el cuadragésimo aniversario de su desaparición: un auténtico cartel de “actualidad” como los que dediqué al Inter que estaba a punto de proclamarse campeón de Italia, o al Milán y su Champions. Copa, o al Napoli que a su vez ganó en Europa, o a la Juventus, o a la selección. Más un encarte completo que hablaba de su gloria: porque para mí – ayer como hoy – esos chicos estaban “presentes”. Y vive. ¡Y siempre lo serán!

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